Una de las fantasías más comunes a muchas persona es tener un encuentro sexual con más de una persona, en específico incluyendo a un integrante más de la pareja (trio). Lo curioso es que, a pesar de ser una fantasía frecuente, en la práctica no es tan frecuente.
Comenzando por decir que negociar la apertura de la relación al sexo con otras personas no es cosa fácil; aparecen muchos prejuicios y miedos. Algunas parejas en la creencia de que, para combatir la rutina necesitan aventuras sexuales se arriesgan sin precaución. Otras veces la fantasía de un solo miembro manipula y coacciona para llevar la fantasía a la realidad. Y muchas otras la ocasión se da sin medir consecuencias.
Entonces iniciarse en esta práctica tendría que ser algo, (como en todo encuentro) consensuado y consentido. Platicado y negociado; dimensionando las consecuencias físicas, emocionales y de la relación. Porque puede pasar que a ambos miembros de la relación les guste la experiencia; que a ambos no les guste; puede que sólo a una parte de la pareja le sea placentero; puede que a la persona que pensabas que no le iba a gustar, termine gustándole; o incluso que la tercera invitada desajuste toda la relación.
Y la verdad es que no hay forma mágica de asegurar el éxito de la experiencia; siempre tendrá un riesgo. Y para minimizar los riesgos entonces será necesario hablar mucho de las expectativas y fantasías que implican incluir nuevas prácticas sexuales a la relación.
Por otro lado, esta práctica sexual en donde se incluye a una persona extra, tiene que ver con temas de diversidad y hasta de violencia de género, ya que como sabemos la mayoría de las parejas son heterosexuales y entonces la idea de incluir a una tercera persona implica una preferencia bisexual o/y homosexual. Cosa que se pone interesante porque para parejas homosexuales la invitación a una tercera persona no es tan drástico pues puede quedar en el mismo género o en la exploración del otro género; pero con parejas heterosexuales la cosa es más compleja porque una de las partes tiene que admitir su potencial bisexual u homosexual.
Y en este tema es cuando la violencia de género se presenta. Cuando las parejas heterosexuales incluyen a una tercera persona; generalmente es a otra mujer. Y muchas veces la mujer no está del todo de acuerdo y aun así acepta (acción que no parece en igualdad). Justo es cuando se debe cuestionar los motivos y expresar todos los miedos, deseos y fantasías para llegar a la mejor negociación.