Más de una decena de cocineros tradicionales participaron en el primer festival denominado “Xuni” celebrado en el Pueblo Mágico de Tecozautla.
Ahí, la mezcla de sabores, ingredientes y el sazón, permitieron que los comensales degustaran recetas inimaginables.
El evento organizado por un grupo de jóvenes que buscan rescatar la cultura y gastronomía regional de Tecozautla, permitió retomar algunos platillos inusuales, como fue la ardilla en salsa roja molcajeteada, la cual fue acompañada de una ensalada de flores de sábila -golumbos-, granada, tepeguaje, conocidos como efés, que provienen del árbol que lleva el mismo nombre.
Queso de cabra y mermelada de “jupe o huamixhi”, fruto de la biznaga, sabores que dejaban un sabor único en el paladar.
También destacó el guiso llamado “Mole Amarillo de Azafra”, el cual tomó este color gracias a la semilla, conocida en Tecozautla como “azafra” sí, y tiene una función similar al pistilo, sabor que aporta en gran medida a su distinción.
Otro platillo, no menos importante, fue el caldo lleno de sabor, con pollo cocido y garbanzos que le acompañaban, por lo que tenían una textura crocante.
Otra propuesta que llamó la atención fueron “Ixjuhas”, grasitas de puerco que daban como resultado un plato redondo y con perspectiva, junto con una guarnición de nopales.
Otro elemento expuesto, fue la “Cemita tecozautlence”, aunque lleva el mismo nombre que el pan de Puebla, no tienen comparación, al ser unos de los principales panes indígenas de la región, se caracteriza por ser la bandera de la gastronomía que usa ingredientes del intercambio tales como harina de trigo, bicarbonato, azúcar y piloncillo, combinado con el pulque y anís, para después ser cocinados en un comal que tiene como base piedras de hormiguero, que le aporta su rugosidad y sabor mineral.
Otra maravilla demostrada fueron La granada dulce y agria, frutas que, aunque no son mexicanas, son el sustento de la economía, y hasta adorno, en cada una de las casas de los tecozautlences.
En esta singular exposición, los comensales se deleitaron con una ensalada de “responso” (ritual de los aniversarios, mes u onomástico de los difuntos), que consistió en lechuga romana, granada dulce, semillas, queso de cabra y mango, dando como resultado una mezcla de sabores del más allá
Entre los platillos presentados, se contó con una pierna de cerdo en salsa de mezquite, sabor dulce, que no necesitó azúcar para adquirir unrico sabor, ya que el mezquite le aporta ese dulzor característico.
Otro gran plato fue el mole de xoconostle, un fruto ácido del semidesierto que crece en los cactus y poseía un sabor ácido, que, combinado con lo ahumado de los chiles, se volvió algo majestuoso en olor y sabor.
Los ganadores fueron los siguientes: 1er lugar: Sabores y colores de Tecozautla; 2do lugar: Cocina otomí San Antonio; y, 3er lugar: Mole Amarillo de Azafra

