Un interno de un anexo donde atienden a jóvenes adictos, estuvo a punto no solo de perder su pierna, sino de morir, ya que al ser esposada su extremidad inferior derecha, presentaba inicios de gangrena y de no ser porque uno de sus hermanos fue alertado de la situación, las consecuencias hubieran sido fatales.
Familiares de la víctima, relataron que hace unos meses ingresó a este supuesto centro de rehabilitación, ubicado a unos metros del crucero de Acatlán, con dirección a Jaltepec, en las inmediaciones del río Tulancingo, donde les dieron un panorama halagador.
Sin embargo, recientemente el hermano del interno fue avisado por un conocido, que su hermano presentaba una fuerte lesión en la pierna.
“Fui al lugar y vi que mi hermano estaba rengueando, pero uno de los padrinos me dijo que estaba un poco lastimado y que no era nada grave, pero cuando me enseñó la lesión, su pierna estaba en muy malas condiciones”.
El entrevistado, dijo a los encargados que se llevaría a su hermano; sin embargo, estos le pusieron algunas trabas, entre ellas que tenía que pagar una cuota de tres mil pesos.
“Solo pude reunir dos mil pesos para el domingo anterior, pero me dijeron que sería el lunes cuando lo dejarían salir a lo que mi hermano dijo que si se quedaba un día más, los padrinos lo iban a m…”
Como pudo, sacó a su hermano y lo llevó al Hospital General de Tulancingo donde los médicos lograron estabilizarlo.
“Me dijo un doctor que de tardar otro día en llevarlo hubiera perdido su pierna, pero, además, que su vida estuvo en grave riesgo”, concluyó