Según cifras de la Organización Mundial de la Salud, cada año en el mundo mueren 1.2 millones de personas por accidentes viales, que equivale a una muerte cada 23 segundos y entre 20 y 50 millones resultan lesionadas, muchos de los cuales quedan condenados a soportar discapacidades y traumas psicológicos, por el resto de sus días.
En México, las lesiones causadas por el tránsito están entre las diez principales causas de muerte, y suman un promedio de 300 muertes mensuales. La mayoría de las víctimas son peatones, ciclistas y motociclistas.
Una de las medidas que se debe seguir difundiendo, es la encaminada a evitar a toda costa que las personas que ingieren alcohol, manejen vehículos de motor. En ese sentido, el alcoholímetro ha permitido reducir significativamente el número accidentes, pero hay otro tema que requiere atención es el uso de motocicletas.
Si bien este medio de transporte resulta atractivo porque es ágil, de bajo costo, que se usa también como herramienta de trabajo, tanto en la ciudad como el campo, representa al mismo tiempo una trampa mortal.
Por ello, una de las medidas que se tiene que promover, es el uso de casco que ayuda a reducir traumas, aunque de todas formas el motociclista sigue expuesto. Afortunadamente en algunos municipios se están llevando a cabo campañas de sensibilización, de manera previa, a sancionar a quien no lo use de manera obligatoria.
El otro tema es que se debe prohibir a toda costa que viajen más de dos personas en estos vehículos, puesto que en muchas ocasiones llegan a viajar hasta cinco personas, entre los que se incluyen niños, lo que representa un grave riesgo de vida.
Por ello es importante hacer hincapié que los traumatismos y muertes causadas por los accidentes de tránsito, ya son un problema creciente de salud pública que afecta de forma considerable a las personas y familias, de quienes la padecen por los costos y la discapacidad asociada, sumiendo en la pobreza a muchas familias, por lo que es un tema que se debe abordar de manera seria por las autoridades