Durante el accidente del tráiler que se quedó sin frenos, se suscitaron actos de rapiña principalmente a la altura del Hospital General de Tulancingo (HGT), donde se desprendió uno de los ejes de la pesada unidad y dejó a su paso, envases de refrescos, agua embotellada y cervezas.
Raúl Morales, de ocupación paramédico, dijo que al estar grabando con su celular parte del hecho y de los productos que quedaron esparcidos sobre la carretera, uno de los que presuntamente incurría en este tipo de ilícito, los agredió físicamente.
“Nos aventó un envase de cerveza y huyó. Más adelante, lo alcancé y le dije al de la Guardia Nacional que lo detuviera; sin embargo, este último hizo caso omiso”.
Agregó que esta persona se apoderaba flagrantemente de la mercancía del tráiler, con por lo menos otras 10 personas que ocupaban bolsas y hasta cubetas para llevarse la mayor cantidad de producto.
Sin embargo, la rapiña no es un caso aislado, ya que tanto en ésta como en otras regiones del país, suelen suscitarse este tipo de ilícitos, aprovechando las circunstancias propias de los accidentes.
De acuerdo con la Gaceta: LXII/3PPO/30/50632, emitida por el Senado de la República, el 14 de octubre de 2014, en el artículo 381 del Código Federal Penal, fracción ocho, se habla de la rapiña, cuya modalidad se considera mucho más grave, ya que además de una lesión al patrimonio, se ve el aprovechamiento de las condiciones severas de confusión que provoca una catástrofe o desorden público