El estreñimiento es un desorden de la actividad del intestino que provoca un tránsito disminuido de heces, consecuencia del cual éstas se endurecen presentando dificultades en su paso a través del intestino. Esta condición puede a su vez conducir o agravar situaciones como hemorroides y fisuras anales. El estreñimiento se asocia con un riesgo aumentado de enfermedades como cáncer intestinal, enfermedad diverticular, apendicitis y varias alteraciones anales. Existe un estreñimiento considerado como fisiológico que aparece por profundas modificaciones en los hábitos de vida del individuo. Algunas causas son: el reposo en cama prolongado por enfermedad u otras causas, los viajes, cambios bruscos en la dieta, ayuno (o hambre), embarazo. También algunas enfermedades sistémicas pueden afectar los hábitos de evacuación intestinal como procesos febriles, afecciones endocrinas y metabólicas o depresiones. Pero, la causa más común de estreñimiento es el bajo consumo de verduras, frutas, fibra, sedentarismo y bajo o nula ingesta de agua simple.

El estreñimiento se puede clasificar en tres tipos:

a) Atónico: es el más frecuente y obedece a una debilidad motora de la pared intestinal que afecta negativamente al tiempo de tránsito intestinal, sus causas:  

– Factores alimentarios, sedentarismo, represión del reflejo natural de la defecación que desarrolla una insensibilidad de la pared intestinal a los estímulos de distensión y abuso frecuente de laxantes.

b) Espástico: se origina por espasmos de colon que interfieren en la progresión normal de las heces, hecho que provoca dolores de tipo cólico.

c) Rectógeno: su causa es la pérdida de la función evacuadora del último tramo intestinal, no iniciándose el reflejo de defecación.

Los principales factores conocidos en el control del peso fecal son:

– el tiempo de tránsito, que es probablemente una característica heredada y la dieta, que constituye la variable ambiental más importante.

Dentro de la dieta, la fibra ocupa un lugar importante. Existe una estrecha relación entre la ingesta de fibra y el peso de las heces, así como la disminución del tiempo de tránsito.

TRATAMIENTO NUTRICIONAL

En el tratamiento del estreñimiento, y sobre todo en el atónico, se debe perseguir el estimular la motilidad intestinal con los alimentos ingeridos. Aumentar el volumen de alimentos consumidos, junto con un aumento en el consumo de fibra y agua simple. El tratamiento nutricional del estreñimiento espástico es semejante al del atónico con las precauciones siguientes: evitar la fibra cruda que podría precipitar los espasmos y administrarla cocida,  deben ingerirse los alimentos finamente divididos y se deben limitar los estimulantes químicos y térmicos, fraccionar la dieta y la ingestión abundante de agua. Por último, en el estreñimiento proctógeno no es necesario llevar una dieta rica en fibra insoluble y estimulantes intestinales, ya que el tránsito intestinal es normal. En este caso, se deben combatir las causas locales que contribuyen a su desarrollo (fisuras anales, espasmos de esfínter, hemorroides) y se resolverá. Aunado a lo anterior siempre masticar bien los alimentos, comer verduras y frutas y realizar ejercicio todos lod días.¡¡¡Baje de peso e inicie un nuevo estilo de vida!!!

Fe de erratas: el artículo del 16 de octubre era “Día Mundial de la Alimentación”

CONSULTORIO DE NUTRICIÓN   cel. 7711300748 

PREVIA CITA

Correo electrónico: nut.verocc@gmail.com Facebook: Vero Callejas

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *