Las grasas son indispensables para el buen funcionamiento del organismo. Determinados tipos de grasa son muy benéficas para la salud, éstas también son importantes en nuestra dieta ya que realizan múltiples funciones estructurales y reguladoras, además de ser una buena fuente de energía proporcionando 9 kilocalorías por gramo. Sin embargo, consumir demasiada grasa y especialmente alimentos fritos, empanizados y/o capeados es dañino para la salud.
La grasa que se ingiere y no se quema en forma de energía, ni se utiliza para construir los elementos básicos del cuerpo se almacena en el tejido adiposo.
Así mismo, un consumo excesivo de grasas en la alimentación, como las grasas saturadas y trans se ha relacionado con el aumento del riesgo de obesidad, principalmente con adiposidad abdominal, que es determinante de la resistencia a la insulina y representa el factor de riesgo más importante para padecer diabetes tipo 2, síndrome metabólico, aterosclerosis y un riesgo elevado de enfermedades del corazón.

FUNCIONES DE LAS GRASAS:

  1. Aportan energía y ácidos grasos esenciales (omega 3 y 6)
  2. Ayudan a absorber las vitaminas A, D, E y K, y sustancias con actividad antioxidante.  
  3. Son necesarias para mantener la piel y el cabello saludables  
  4. Mantienen la temperatura corporal
  5. Participan en el transporte, mejoramiento, liberación del sabor y en el desarrollo de una textura particular que gusta mucho cuando los alimentos se fríen.

Las preparaciones fritas deben formar parte del menú ocasionalmente debido a que aumentan las grasas en la sangre (colesterol y lipoproteínas de baja densidad) y, en consecuencia, lo hace más propensos a sufrir enfermedades cardiovasculares, sobrepeso y obesidad. Además, las altas temperaturas pueden destruir algunas de las vitaminas y minerales de los alimentos, y estudios recientes sugieren el aumento de posibilidades de padecer cáncer de colon y de mama.

Es importante saber que cada alimento requiere de una óptima temperatura y de un tiempo para freír, si se retira antes de tiempo o se introduce en un aceite que no esté bien caliente, la absorción del aceite aumenta súbitamente y el alimento se vuelve más grasoso y menos agradable al gusto. La cantidad de aceite que se absorbe durante la fritura es variable y va a depender no solamente del tiempo de cocción y de la temperatura, sino también, de la naturaleza de cada alimento; así nunca debe mezclar el aceite nuevo con el ya usado. Cambie el aceite frecuentemente, no lo reusé más de dos veces. Elimine el exceso de aceite del alimento frito con papel absorbente. Recuerde que no debe usar aceites que al calentarse produzcan humo o que presenten una tonalidad oscura o huelan rancio porque ese aceite ya está deteriorado. No sólo implica que modificará el sabor del alimento, sino que su consumo provocará gran cantidad de radicales libres que dañarán las células de nuestro cuerpo.

Elija preparaciones más sencillas como a la plancha, a la parrilla, al vapor, empapelados, a la mexicana, en caldo, con verduras, donde necesite la menor cantidad de grasa posible y prefiera las grasas de origen vegetal en lugar de las grasas de origen animal. ¡¡¡Baje de peso e inicie un nuevo estilo de vida!!!

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