Hace algunos años, Miguel Osorio tuvo la oportunidad de ser secretario de Gobernación a nivel federal. Esa distinción, sin embargo, no tuvo ninguna repercusión en la vida pública de la entidad. Al contrario, sirvió de plataforma personal en una mal lograda aspiración a Los Pinos.
Sin embargo, hoy tenemos una gran aliada a nivel federal. La actual presidenta Claudia Sheinbaum, quien nos ha demostrado que quiere bien a Hidalgo. El pasado viernes estuvo en Pachuca sumando once visitas al estado desde que es mandataria de México.
Y no solo se trata de venir saludar a los hidalguenses, sino que cada vez que se encuentra con nosotros, nos trae buenas noticias. El pasado fin de semana no fue la excepción. Además de inaugurar un hospital, dijo que la construcción del tren Pachuca-AIFA iniciará en abril, es decir, en dos meses.
Con lo anterior, se inicia uno de los proyectos más importantes para la entidad que se pretenden detonar desde la federación. Además del plan hídrico de la zona metropolitana y el saneamiento del río Tula, entre otros.
De tal suerte que Hidalgo está dentro de las prioridades del gobierno federal, en temas de infraestructura carretera, hídrica y de desarrollo; porque la carretera México- Pachuca se pretende ampliar a ocho carriles, generando con ello mayor fluidez de bienes de consumo en la región.
Esta buena etapa para Hidalgo se debe a dos cosas fundamentalmente: existe una sólida amistad entre el mandatario estatal Julio Menchaca y la presidenta y además los hidalguenses han respaldado con determinación el proyecto de la 4T.
Basta decir, que Morena es un partido con gran respaldo social en la entidad. Los guindas son gobierno en 52 municipios, tienen 18 diputados locales (mayoría absoluta), los siete diputados federales y las dos fórmulas de senadores de mayoría.
Con esos resultados la presidenta y el movimiento que representa, no han escatimado en nada para respaldar los trabajos que por fin ayuden a reducir la brecha social entre Hidalgo y sus estados vecinos (San Luis Potosí, Veracruz, Querétaro y Estado de México).
De ser la entidad más rezagada del centro del país, ahora podemos ser palanca de desarrollo para empresas que decidan invertir acá, por la cercanía que tenemos con el aeropuerto internacional Felipe Ángeles, un proyecto más que hereda la denominada cuarta transformación.
De tal manera que no hacen falta políticos que ocupen carteras en lugares privilegiados de la administración federal. La cuestión es hacer justicia con todos y que nadie se quede atrás en el camino al desarrollo.
Aun así, hay que hacer lo necesario para que esas condiciones puedan tener impacto en todas las regiones del estado. Que esta buena recha económica tenga incidencia en la huasteca, valle del mezquital, otomí-tepehua, zona pulquera, Sierra Gorda y Sierra Alta.
De nada sirve que se concentre la derrama en la capital del estado, sino que esta oportunidad sea el parteaguas para propiciar un piso más parejo en esta entidad, marcada por las desigualdades.