Con los resultados de las elecciones en el estado de Hidalgo, queda muy claro que el partido Morena es el más beneficiado. Su victoria, por más de 30 puntos porcentuales respecto a su más cercana competidora, refleja un contundente mensaje de rechazo al priismo enquistado por años.
Pero en este triunfo los guindas no están solos. Sus correligionarios en la candidatura común, también salieron ganando. En particular, el Partido Nueva Alianza Hidalgo quienes con más de 70 mil votos, se posicionan como la tercera fuerza política del estado.
Nada mal para los turquesas que a nivel nacional, perdieron su registro pero que en Hidalgo (entidad donde son partido político local), siguen siendo una expresión muy importante en el abanico electoral.
También ganan actores políticos que no estuvieron en la boleta. Por ejemplo, la dirigencia estatal de Morena se posiciona en todo el estado y con ello, se espera que este partido logre por fin pasar de movimiento a partido político institucionalizado.
Es decir, iniciar un proceso formal de construcción de comités municipales, consolidar a su dirigencia estatal, celebrar reuniones de consejo político, en fin; lo anterior, gracias a tener una base electoral amplia y sólida.
Pero también y, sobre todo, ganan quienes no se identificaron con la opción política de la candidata de la coalición Va por Hidalgo. Muy en especial, el actual gobernador Omar Fayad, quien hizo público su descontento con la designación de Carolina Viggiano como aspirante del PRI, PAN y PRD.
Gana Fayad, porque en el argot político se sabe que no hizo campaña. Es decir, no entró en el perverso juego político de mandar funcionarios a “operar” en todo el estado a favor de la oriunda de Tepehuacán de Guerrero.
Por el contrario, cuando los datos mostraban la contundencia de un resultado a favor de Morena, lo único que hizo fue salir en la noche a divertirse con sus hijos a un bar y grabar sus dotes de músico e intérprete de pop.
Lo anterior, quedó registrado en redes sociales como un momento simpático, pero no empático con los apuros que estaba viviendo la dirigencia estatal del PRI, por posicionar a su candidata en la gracia de los hidalguenses.
De tal suerte que el mensaje fue muy claro. En el gobierno de Fayad, no importaba lo que ocurriera en la elección para elegir a su sucesor, les tenía sin cuidado el escenario desfavorable y las vicisitudes de la mala campaña.
Esta circunstancia dista mucho de aquellos tiempos, donde todo el aparato gubernamental se activaba para involucrarse de tiempo completo en la campaña del PRI, se destinaban innumerables recursos materiales y humanos, para tener un resultado a modo, un contundente carro completo.
Ahora, sin embargo, el saliente gobierno parece ajeno a esos menesteres. Tal parece que los sobrevivientes de la actual administración, tienen muy claro su destino político fuera de la entidad o fuera del país. Lo cierto es que en la política tu adversario de hoy, puede ser tu aliado de mañana.