En varias ocasiones les he comentado que los viajes en carretera se disfrutan de sobremanera; no solo es maravillarse de los diversos paisajes a la vista de las ventanas, sino que además se aprovecha el tiempo en conversaciones, cantos y risas con buena compañía.
Con eso puedo afirmar que la esencia principal para disfrutar de ese tipo de viajes sobre ruedas, es la gente con la que compartes el camino y por supuesto, el propósito que tienes para realizarlo.
De ese modo, si viajas acompañado, el tiempo que dure el trayecto será bien aprovechado, aunque si se trata de un viaje largo y vas solo, un buen libro o una buena lista de música serán tus mejores aliados.
Con base en eso, la planeación anticipada para un viaje, siempre es recomendada, pero aun teniendo todo asegurado, el estado meteorológico es uno de los puntos más importantes a considerar. Y teniendo en cuenta que en los últimos días, hemos sufrido fuertes lluvias en la mayoría de los estados del país, ya se imaginarán de qué va esta historia.
La semana pasada el norte del país, se vio afectado por sus intensas lluvias y se suscitaron diferentes accidentes en las carreteras, como deslaves o choques automovilísticos.
Uno de ellos afectó la carretera Matehuala – Saltillo en el kilómetro 57, donde tuvo un alcance de más de 10 kilómetros con un tráfico, bloqueado principalmente de camiones pesados y autobuses. Este suceso impidió que la vialidad circulara dejando a todos totalmente atorados en el tráfico sin posibilidad alguna de moverse.
El autobús donde viajaba la Compañía Folklórica Infantil del Estado de Hidalgo con destino hacia el “Festival Sembrando Tradiciones” en Allende, Coahuila, se quedó atorado en el tráfico. Al inicio todo fue un poco tranquilo. Así que los chicos, directores y padres de familia que acompañaban a la compañía, esperaron un par de horas en el autobús, pensando que la espera sería corta.
Después, ansiosos por continuar con el viaje, pero conscientes de la situación, como buenos bailarines aprovecharon del buen clima para estirar un poco las piernas y salir a bailar. Entonces, desde la carretera Matehuala – Saltillo a la altura de La Paz en Galeana, Nuevo León, se vio amenizada con pequeños de entre 3 a 15 años, bailando y jugando toda la tarde.
Primero fueron bailes, después rondas infantiles a la orilla de la carretera y terminaron con inocentes saludos de carril a carril, con los camiones que iban al lado contrario del camino. Después de 12 horas de tráfico y unas más de camino, el grupo folklórico llegó a su destino y la historia de la aventura inició sin lluvia alguna.
Bailando por México.

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