Los bordados llamados “tenangos”, sin duda, son el referente de las artesanías en Hidalgo, cuya elaboración implican días, semanas o hasta meses, por lo que es una prenda con mucho valor, incluso cotizada en el extranjero.
Pero, detrás los lienzos bordados con figuras de la naturaleza y multicolor, hay manos que trabajan con ahínco. Tal es el caso de Paulina Guzmán Castillo, nacida en el municipio Tenango de Doria, pero radicada en Tulancingo, desde hace años.
A sus 74 años de edad, recorre las calles de la ciudad, para ofrecer sus tenangos, labor nada fácil, ya que en ocasiones –dijo-, a la gente se les hace caro.
“Un lienzo de medio metro, con la figura de un ave, tiene un costo de 700 pesos, por lo general vendo uno o dos, en un mes, aunque se emplea mucho tiempo, principalmente las tardes y noches, para la elaboración de una sola prenda”.
“Mientras bordo me gusta escuchar alabanzas y así, trabajo más contenta, lo más difícil es vender los tenangos, en ocasiones regreso a la casa sin éxito, pero tengo que seguirle, porque de esto también me sostengo económicamente”.
El caso de Paulina, no es el único, ya que muchos artesanos de la región Otomí-Tepehua, vienen a la ciudad, a tratar de colocar sus trabajos, pero le tienen que batallar.
En junio de 2020, el Congreso del Estado de Hidalgo, declaró a los tenangos, “Patrimonio Cultura de Hidalgo”.

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