Hoy día la temperatura ambiental es muy baja, buscamos el calor y una de estas fuentes son los caldos y consomés que puede incluir en su dieta diaria. Es un platillo muy sencillo de preparar, ya sea de pollo, res, pescado o camarón, son fáciles de preparar y de precio accesible. De lo anterior, se deriva la recomendación de la necesidad de aprender más sobre las implicaciones de lo que consumimos en nuestra dieta diaria, para cuidar apropiadamente nuestra salud. Mucha gente acostumbra en las comidas de celebraciones, principalmente los fines de semana, el consumo de caldos de barbacoa, los cuales frecuentemente son de borrego, entre otras preferencias, que aunque sabrosas tienen una gran cantidad de kilocalorías. Los caldos de borrego son ricos en grasa saturada y colesterol, eso eleva su colesterol en la sangre. Imagínense un rico caldo de barbacoa, bien calientito, con limón, cebolla, cilantro, salsa y unas ricas tortillas recién hechas, ¡oh! a cualquiera se nos puede hacer agua la boca, pero pensemos en el mismo caldo cuando está frio, con la grasa cuajada, de forma semejante esta grasa se depositará en las paredes de las arterias de nuestro cuerpo y las obstruirá gradualmente, hasta su posible bloqueo en algunos sitios durante su trayecto, reduciendo la capacidad del flujo sanguíneo y su recorrido con fluidez al corazón.
El caldo o consomé es muy usado como primer plato o para dar sabor a guisos, salsas o sopas, además, para mucha gente hoy en día, si el consomé es alto en grasas entonces es mejor, recordando que una de las cualidades de la grasa en los alimentos es realzar el sabor de éstos.
Por norma, sólo pueden denominarse caldo o consomé los que son de pollo; la diferencia principal entre caldo y consomé de pollo radica en el contenido de proteína, que en el caso del consomé debe ser mayor. Los de res, pescado o camarón deben usar la denominación de “caldo”. Si a usted le gustan los caldos o consomés consúmalos de preferencia hechos en casa no industrializados. Es bueno reconocer que los caldos o consomés dependiendo de la preparación sí contienen algunas propiedades nutrimentales que beneficien nuestra salud, sin embargo, es mayor el prejuicio que el beneficio, a pesar de que tratemos de quitarle la mayor parte de la grasa antes de cocinarlos, el caldo de pollo con piel o el de res tienen mucha grasa saturada, la cual favorece al colesterol malo, además de otras sustancias que resultan perjudiciales a la salud, tales como las purinas. Éstas en nuestro organismo pueden llevar a quienes las ingieren a padecer de ácido úrico, problemas articulares y artritis reumatoide, entre otros. Por otro lado, en la actualidad es muy conocido que la mayoría de los animales que anteriormente se alimentaban de granos y algunas hierbas, ahora incluyen hormonas y algunos fármacos, tales como el clembuterol, ya que es utilizado de manera ilegal para engordar ganado, pero tiene efectos nocivos en humanos cuando no se toma en dosis controladas. Este tipo de productos para la engorda de los animales, resulta muy perjudicial para la salud, ya que pueden provocarse diversas enfermedades crónicas en las personas.
En general, el contenido de sal en los productos industrializados es elevado; dependiendo del tipo y la marca, por cada 100 mililitros hay de 0.4 a 2.2 gramos. Estos alimentos también incluyen otras sustancias tales como las proteínas y grasas animales y/o vegetales, hidrogenadas o no, espesantes (harinas o almidones), colorantes naturales o artificiales, saborizantes y/o potenciadores del sabor como el glutamato monosódico. Es bueno, de vez en cuando, disfrutar de un exquisito caldo de pollo o barbacoa, pero que no sea lo cotidiano, como en todo, la moderación es fundamental. ¡¡¡Baje de peso inicie un nuevo estilo de vida!!!
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