Ubaldo Castelán Peralta, quien tiene una discapacidad, expresó su malestar porque junto con un amigo, que incluso utiliza silla de ruedas, no pudo estacionar su vehículo en el espacio destinado a personas discapacitadas, ya que se encontraba estacionado un camión refresquero.
El hecho se suscitó en la calle Independencia, a unos metros del jardín La Floresta, donde el entrevistado dijo que tuvo que afrontar esta situación sin que algún agente de Movilidad y Transporte, estuviera en el lugar.
“A los empleados les valió madre, me vieron como llegué y les reclamé, permanecieron mucho tiempo estacionados, porque seguramente tenían que entregar su mercancía”.
Castelán Peralta, agregó que cuenta con su placa para discapacitados, pero no hay respeto para quienes no tienen una movilidad al cien por ciento.
“Ellos pertenecen a una empresa muy importante, es la imagen también que nos dan”, recriminó e indicó que quienes se apropian de estos lugares, no alcanzan a dimensionar que cinco minutos o hasta menos, son vitales.
“Es vergonzoso que conductores muy quitados de la pena se estacionen en estos cajones exclusivos y no los infraccionen”.
El artículo 85 de la Ley de Movilidad y Transporte, en el párrafo 15, prohíbe estacionarse en lugares para discapacitados sin serlo y cuya inobservancia implica de cinco a 12 veces la Unidad de Medida y Actualización (UMA) vigente y en caso de reincidencia, el vehículo será remitido al corralón.
