Cual campo de concentración, las noticias nacionales e internacionales se han marcado por la existencia de un rancho de reclutamiento, por parte del crimen organizado, en el Estado de Jalisco que se convirtió en un campo de exterminio.
Lo anterior demuestra la facilidad de reclutamiento del crimen organizado, por la falta de empleo y las grandes necesidades que viven los grupos vulnerables, puesto que las propuestas atractivas de empleo, ante las grandes necesidades, marcaron la generación de dichos centros de reclutamiento que con posterioridad, se convirtieron en centros de exterminio.
En segundo punto, es impresionante la falta de coordinación entre las autoridades y con ello la falta de organización, respecto a las investigaciones puesto que, no solamente proliferaron propuestas de empleos falsos, sin que al parecer nadie se diera cuenta ni que nadie las investigara, sino que existió un sin número de desapariciones sin que fuera materia de esclarecimiento de los hechos.
No obstante, la sola existencia de un inmueble dentro de un estado de derecho que pueda existir bajo una clandestinidad tan obvia, es impensable puesto que la existencia del mismo no solo implicaba la posibilidad de permanencia de dichas propuestas falsas de empleo, sino de diversas líneas de investigación de desaparición forzada, que debieron de haber llegado a dicho inmueble, así como la necesidad de investigación por la existencia de grupos criminales.
En tal sentido, el hallazgo de dicho “campo”, solo implica una impunidad y falta de investigación por parte de diversas autoridades.
Parece que es una deuda que el Estado tiene con todas y cada una de las victimas y con el propio sistema de procuración de justicia, que ha demostrado sin lugar a dudas, que las investigaciones realizadas, han tenido una falla fundamental.
Sin duda, la tarea para el Estado es comprender el error en las investigaciones y redoblar esfuerzos, no solo para esclarecer este hecho sino para evitar la existencia de cualquier otro campo como el mencionado.
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