La selección de candidatos gobiernistas tiene tres fases:

Una muy secreta.

Otra de simulación.

Y la oficial.

La primera se desahoga en Palacio Nacional, la segunda en juntas conducidas por Mario Delgado y la última en encuestas manipuladas.

Es la materialización del avance dado aquí el 2 de septiembre -Desfile por la bendición en Palacio Nacional- cuando se acercaban las definiciones.

Entonces había dos designados:

El primer predestinado, dijimos antes de ser señalado en el sermón de la mañana y en gira por Sonora con loas, era Alfonso Durazo.

Se tenían dudas porque el Presidente le pidió reflexionar la conveniencia de seguir en el gabinete.

Además, Ana Gabriela Guevara aspiraba y era quizá la ocasión de deshacerse de alguien con tantos problemas y señalamientos de corrupción en la Conade.

Del segundo, todavía no oficializado pero ya listo, anotamos:

“…David Monreal para Zacatecas porque tiene cercanía con el Presidente y el respaldo de su hermano Ricardo Monreal”.

La historia avanza así.

AYALA Y CASTRO

Cada aspirante trata de promoverse.

Inútilmente.

Nada como la bendición presidencial.

Por ello hoy, podemos adelantar otros dos nombres:

Ya han tenido cita Armando Ayala, presidente municipal de Ensenada, y Víctor Castro, exsuper delegado en Baja California Sur.

Ayala no es sorpresa porque el gobernador Jaime Bonilla tiene vía franca desde hace varios meses de su amigo el Presidente.

Con esa autonomía, Bonilla jugó con varios nombres y al final quedaron dos: Ayala y su supersecretario y amigo Mario Escobedo, quien detenta varias carteras.

Al parecer optó por Ayala, a quien de inmediato se sumó Escobedo con la perspectiva de ser candidato a alcalde de Tijuana.

Para llegar a esta decisión Bonilla reprimió varias tentaciones, la principal de las cuales lo colocaba como aspirante a edil de Tijuana para continuar en la política local como tótem.

No será necesario, pues todos conocen su popularidad en Baja California y su ascendencia en Palacio Nacional.

Aquí es donde entra el tercer paso: la formalización de las candidaturas vía encuestas y es tarea de Mario Delgado.

Sólo su falta de operación puede cambiar esos nombres.

DIVISIÓN CANTADA

1.- Pese a las encuestas, los triunfos del presidencialista Morena no están garantizados.

Para no cambiar de lugar, Baja California puede ser uno de los ejemplos.

Ahí el gobernador Jaime Bonilla ha hecho declaraciones contra el edil de Tijuana, su correligionario Arturo González Cruz.

Este tiene encima a la UIF de Santiago Nieto y lo celebra el edil de Ensenada, Armando Ayala, porque “yo tengo la conciencia tranquila”.

González Cruz garantiza una fractura en Morena, aunque el futuro dirá con cuáles resultados y si es en beneficio de la alianza pri-pan-perredista.

Y 2.- Por razones extrañas en los fines de semana las autoridades sanitarias reportan menos muertos por Covid-19.

Ayer hubo 261, muy por debajo de los promedios de días previos.

Los gobernadores atribuyen este descenso a la falta de infraestructura de Hugo López-Gatell para tener información actualizada.

Ni modo: austeridad contra vida.

LEG

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