Donald Trump, en días pasados aseguró que el primer día de su gobierno, el 20 de enero próximo, impondrá nuevos aranceles del 25% a productos importados desde México y/o Canadá y un 10% adicional a productos de origen chino.
Lo anterior como parte de su plan para combatir la migración indocumentada y el tráfico de drogas, específicamente el fentanilo.
Dichas amenazas arancelarias, constituyen un caos en las relaciones diplomáticas y económicas que sin duda significan un ultimátum a sus socios comerciales.
Sin embargo, tal como lo mencionamos en la nota del viernes 8 de noviembre, el iniciar una guerra comercial con nuestro país, sería como darse un balazo en pie, y así lo ve también nuestro secretario de Economía, Marcelo Ebrard, puesto que en la conferencia mañanera fue claro al decir que la guerra arancelaria que pretende iniciar Trump contra México, sería “un tiro en el pie”.
Y ahora les explico los efectos y quiénes serían los más afectados de esta medida. Estados Unidos es el mercado para el 80% de las exportaciones mexicanas, desde alimentos, metales, manufacturas, bebidas, instrumentos médicos y, sobre todo, autos. De hecho, la industria automotriz está muy integrada en Norteamérica.
Estudios del Center for American Progress (CAP), estiman que una familia media gastará unos 1.300 dólares más al año, por estos impuestos a las importaciones, debido a que tendrán que lidiar con tarifas más altas en la compra de materiales y equipamientos, por ejemplo, todo depende de la estructura de gasto de las familias.
Pero no es algo que solo afecte a bienes, los precios de servicios también se incrementarán, como ejemplo, si el equipamiento médico que se importa de México se encarece por estos nuevos aranceles, significa que habrá un aumento en las facturas médicas, es decir los productos importados sencillamente subirán el precio en cadena; la gasolina, la comida, los aguacates y limones, aparatos electrónicos, ropa, muebles y juguetes; solo por mencionar algunos artículos en los que el comercio con México es crucial.
Por lo tanto, imponer un arancel del 25% a nuestros productos, afectará más a los ciudadanos estadounidenses y las empresas de dicho país, que cuentan con plantas en México (específicamente la industria automotriz: General Motors, Ford y Stellantis)
En nuestro país ¿Cuál sería el efecto directo de esta medida? Sin duda inflación y desempleo, el sector exportador nacional, sería el principal afectado, todos aquellos productores tendrían que buscar nuevos mercados y las plantas instaladas en México comenzarían a despedir trabajadores al no poder colocar sus productos en el mercado estadounidense.
Al respecto, la postura adoptada por Claudia Sheinbaum, ha estado a la altura. Responder que, si se llega a incrementar los aranceles, México responderá con la misma medida, no debe ser tomada como señal de enfrascarse en el juego de Trump, sino que nuestro país puede competir de tú a tú comercialmente hablando, puesto que la integración entre ambos países nos favorece.
Imponer aranceles a Canadá y México, viola los términos del acuerdo comercial norteamericano que el propio Trump firmó en 2020.
Ahora, los problemas de seguridad nacional estadounidense, no solo los afecta a ellos y coincido con Sheinbaum, las armas no las producimos nosotros, las drogas sintéticas no las consumimos nosotros, pero los muertos por la delincuencia para responder a la demanda de drogas en su país, lamentablemente si los ponemos nosotros.
Trump está siendo demagogo con sus gobernantes, mantiene el discurso político xenófobo y agresivo que quieren escuchar en vez de plantear una solución real en vías de la cooperación estratégica en seguridad y migración
Esa es la vía y México si lo tiene claro, para evitar llegar al conflicto económico, urge una estrategia diplomática en seguridad y migración, los migrantes ya no son mexicanos que quieren irse a Estados Unidos como antes, son ciudadanos de otros países que cruzan a través de nuestro territorio.