El encapotamiento, la obediencia, el manejo de la rienda y la elegancia, quedaron de manifiesto en el evento de los “Caballos Bailadores”, desarrollado en el área ganadera de la Expo Tulancingo, además uno de los más esperados de la feria.
Fueron alrededor de 20 corceles, cuyos jinetes se llevaron el reconocimiento del respetable al salir al ruedo, al compás de una banda de viento, interpretando sones de jaripeos y charreadas.
Francisco Aguirre, uno de los participantes, explicó que no se trató de un concurso, sino más bien fue una exhibición para dar a conocer lo que implica un caballo bien arrendado y que, además, cautive a la gente.
“En un concurso los jueces toman en cuenta a los caballos que levantan más alto las manos y la seguridad y lo erguido del jinete; para ello, ocupamos caballos españoles y frisones, que son grandes y fuertes; la diferencia es que estos últimos son negros”.
Durante este jornada, se informó que los participantes tuvieron dos rondas, es decir, participaciones de aproximadamente dos minutos, el tiempo que dura una canción.
Esta actividad logró reunir un aproximado de 700 personas, quienes disfrutaron más de dos horas de un espectáculo que pocas veces se puede apreciar en Tulancingo.