Algunos sectores de la población, grupos de servicio social, rondallas musicales y solistas, alegraron el “Día del Abuelo”, en la residencia para el adulto mayor de la Fundación Nicolás García de San Vicente, el pasado 28 de agosto.
Globos, carteles con frases de felicitaciones, porras, música, cantos y postres, fue lo que recibieron los residentes de esta casa de atención a personas de la tercera edad, por parte de la sociedad civil que se dio cita para pasar un rato con los 22 abuelitos que ahí convergen.
Algunos con la alegría a flor de piel, otros con mirada de asombro o pérdida por los estragos que ha hecho el tiempo, pero todos con agradecimiento a quienes los visitaron, como común denominador.
Luganda, quien el 1 de diciembre cumplirá 93 años, plática con mucha lucidez, recuerda sus épocas de infancia y juventud en su natal Chignahuapan, Puebla, al lado de su familia y después de su esposo, con quien procreó cuatro hijos.
Al evocar los bellos momentos de su juventud, dijo que en sus tiempos la educación en casa era diferente, no había consideraciones a un mal comportamiento, muy distinto, dijo, a lo que hoy viven los niños en casa, con mucha permisiva.
Yolanda, otra residente que viene de la región de Puebla, y tiene 83 años, resaltó la oportunidad que tiene de poder platicar tanto con personas de la residencia como con quienes los visitan, pues obtiene mucha información de diferentes temas.
Catalina, originaria de Álamo, Veracruz, conserva esa chispa, alegría y picardía, que caracteriza a la mayoría de los veracruzanos, contó que llegó a los 24 años de edad a Tulancingo, y recuerda que le gustaba mucho porque podía ir a recoger quelites, nopales y chilitos, para hacer de comer, cosa que se perdió poco a poco, pero considera que este municipio aún conserva su belleza de los años 60.
La residencia de adulto mayor Nicolás García de San Vicente, tiene más de 100 años, informó la directora Guadalupe Gutiérrez Rivera, quien reconoció que el mayor obstáculo que tienen, actualmente, es la falta de apoyo.
“Antes de la pandemia se recibía mucho apoyo, pero la gente con el confinamiento dejó de salir y al terminar la pandemia por Covid-19, ya no regresó y no fluyó el apoyo. Tenemos necesidades como la habilitación del elevador o de perecederos que aquí nunca sobran”.
Exhortó a la población a que si tiene la posibilidad de ayudar, donen pañales para adultos, leche deslactosada, gasas, aceite, arroz y todo lo relacionado a despensa, cloro y productos de limpieza, además, de invitarles a participar en la próxima y tradicional rifa de un auto, que realizan a fin de año, y con lo que se recaba se ayudan mucho.