Pese a que Hidalgo, es cuna de la charrería, el también considerado deporte nacional por excelencia, está en decadencia, en Tulancingo.
Rogelio Olvera Rodríguez, quien durante más de 50 años se ha dedicado a esta actividad, comentó que la crisis económica, en gran medida, ha afectado a esta disciplina.
“Los bovinos para las diferentes suertes los rentan en mil 500 pesos y se tienen que utilizar más de cuatro, además las yeguas que son para las manganas o jineteo, las rentan en 800 pesos cada una”.
Agregó que, actualmente, ya no hay algún dirigente de la charrería en Tulancingo ni en la región, y quedan muy pocos equipos o asociaciones, como: Tres Generaciones, Luis Hernández Ávila, Charros de Tulancingo, La Peñuela, Cuatro Rosarios y Ojito Alegre, estos últimos de Acatlán.
“Hubo familias, como los Tello, Briones, Marroquín, Olvera, Campillo, que por años organizaron torneos charros, como los de Navidad y de las ferias de Tulancingo, pero se ha perdido ese interés, aunque hay jóvenes que ocasionalmente llevan a cabo algunas charreadas, pero en forma muy esporádica”.
Olvera Ruiz, puntualizó que las autoridades, sobre todo municipales, en los últimos años no han apoyado ni difundido los torneos charros.
Aunado a ello, comentó que no hay espacios para la práctica de la charrería, pues el lienzo Ricardo Luna Morales, ya es obsoleto por falta de mantenimiento; así como el de Jaltepec, que incluso lo han ocupado para otras actividades comerciales.
“Es necesario que haya una dirigencia de charros en el Valle de Tulancingo, pues es la segunda ciudad más importante de Hidalgo y donde este deporte está en decadencia”, concluyó