Por Cristian Andrey Rangel Hernández

Los últimos datos arrojados en medición de pobreza, publicados por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), esablecen claro obscuros con avances y retrocesos en la materia.
En México tenemos varias definiciones de pobreza. Hoy hablaremos de la pobreza multidimensional —que a su vez se divide en pobreza moderada y pobreza extrema. ¿Cómo sabemos si estamos en pobreza multidimensional?
Si tenemos un ingreso total menor a los 4,280 pesos y contamos con al menos una carencia de los seis satisfactores (acceso a salud, a educación, a seguridad social, a vivienda, a servicios básicos de vivienda y a alimentación nutritiva), estaremos en pobreza multidimensional, pero si contamos con un ingreso menor, pero ninguna carencia, no se le considera así, se le considera vulnerable por ingresos; y si contamos con un ingreso mayor y alguna carencia de las señaladas, se le considera vulnerable por carencias sociales.
Los datos en el concepto general de pobreza del 2020 al 2022, pasaron de 43.9 % a 36.3%, una reducción que significo 8.9 millones de personas menos en esa situación y 5 millones de personas menos que en el 2018, lo cual sin duda significa un logro.
En materia de pobreza extrema, el ingreso del hogar tiene que ser menor que el de una canasta únicamente alimentaria y no tener acceso a tres de los satisfactores mencionados. Los datos arrojados en esta situación del 2020 al 2022 pasaron de 8.5% a 7.1%, reducción de 1.69 millones de personas menos, pero en comparación del 2018 fueron 400 mil personas mas en pobreza extrema, lo cual significa sin duda un retroceso.
El rezago en alguno de los 6 satisfactores es francamente grave. En el acceso al sector salud en el 2022, arrojo que 50 millones de personas no cuentan con este satisfactor, 30 millones más que en 2018 y 14.7millones más que en 2020.
El problema de acceso al sistema de salud público es real y tangible y no reconocerlo, es un retroceso en la realidad de los datos.
En el tema educativo, en el 2022, 25.1 millones de personas no contaban con acceso a educación, cifra es 660 mil personas más que en el 2020 y 1.53 millones de personas más que en el 2018.
La educación, junto con la salud, son los factores que más contribuyen a igualar las oportunidades en una sociedad.
Es cierto que no se debe minimizar la disminución de la pobreza pero tampoco se debe ignorar el gran retroceso en los factores fundamentales para el desarrollo y crecimiento de la sociedad, “nuevamente mostramos otros datos”.

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