Otilia Maldonado López, con 30 años de labores en el Hospital General de Tulancingo (HGT), es una de las enfermeras con mayor trayectoria en este nosocomio.
En el marco del “Día de la Enfermera”, Ruta estuvo en esta unidad hospitalaria donde laboran un total de 349 mujeres, que desempeñan este oficio.
Maldonado López, especialista en Pediatría, compartió algunas de sus vivencias, como el caso de un motociclista, quien tuvo un accidente hace aproximadamente 10 años.
“Debido a la magnitud del percance, quedó sin movilidad. Yo lo asistí durante mucho tiempo y la familia se encariñó conmigo y yo también; ya pasaron muchos años y el paciente recuperó parte de su movilidad y sigo manteniendo comunicación con la familia”.
De igual manera, relató que tuvo contacto con un bebé que nació con un problema respiratorio; sin embargo, los médicos hacían un gran esfuerzo por salvarle la vida, aunque el caso era muy complicado.
Finalmente, el niño falleció, lo cual fue un capítulo muy doloroso para la enfermera, pero refiere, con cierta nostalgia, que a raíz de esos cuidados, la familia del pequeño quedó muy agradecida con ella y a la fecha conservan una gran amistad.
Maldonado López, también abordó un tema que siempre es motivo de plática entre sus compañeras y hasta con los pacientes, “los espantos”, a lo que con una sonrisa contesta que cuando el HGT se encontraba en la calle Lázaro Cárdenas, una vez que estaba en la cocina, de la nada se abrió la llave del agua.
Agregó, que sus compañeras tienen algunas historias de esta índole. “Me platican que les han apagado la luz; ven sombras y hasta sienten como si alguien estuviera detrás de ellas”.
Sin duda de los momentos más difíciles que ha tenido que afrontar en el ejercicio de su profesión, fue el inicio y desarrollo de la pandemia por Covid-19.
“No sabíamos a lo que nos estábamos enfrenando, este hospital no estaba preparado para recibir a tanto paciente, incluso llegó el momento que nos vimos rebasados y el pánico se hizo presa de nosotros”.
Durante el inicio de la pandemia, comentó la entrevistada que hubo cierto rechazo para el personal médico. “Anterior a ésta, salíamos portando nuestro uniforme de enfermeras, pero llegó el momento en que los operadores de las colectivas no nos levantaban cuando les hacíamos la parada o en ocasiones, al estar en la unidad, notábamos que los pasajeros nos rechazaban, se hacían a un lado de una forma nada grata”.
En contraste –puntualizó-, que recibieron también muestras de cariño y solidaridad por parte de la ciudadanía y hasta de otros conductores del servicio público, quienes no les cobraban el servicio.
Como todo ser humano, expresó que hay momentos en que han derramado lágrimas cuando alguna persona fallece, cualquiera que sea la circunstancia. “Somos seres humanos; sin embargo, debemos sobreponernos a todo tipo de adversidad, porque debemos brindar seguridad tanto al paciente como a sus familiares”.
Otilia, estudió la carrera de Enfermería en la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH) y al egresar, gracias a un programa implementado por el ex presidente de México, Carlos Salinas de Gortari, fue como ingresó a la Secretaría de Salud, en un inicio como auxiliar y posteriormente fue asignada al área de Pediatría donde ha permanecido todo el tiempo que lleva laborando en el Hospital General de Tulancingo

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