Tras lo resultados poco alentadores obtenidos en materia de participación ciudadana por el Gobierno Federal en la Consulta de Revocación de Mandato, surgen distintos puntos que deben ser analizados para evaluar con un criterio objetivo y ajeno a cualquier sesgo el proceso de revocación de mandato.
El primer punto a tomar en cuenta es el número de ciudadanos inscritos en el padrón electoral que participó en la consulta de revocación: 16.5 millones, de los cuales en torno al 90% votó a favor de la permanencia de López Obrador al frente del Poder Ejecutivo.
Dicha cantidad de ciudadanos apenas representa el 17% del padrón electoral, muy lejos del 40% requerido para que la consulta tuviese el carácter de vinculante. Ante tal calamidad participativa, AMLO culpó al INE de planificar mal el proceso, y señaló que hubo boicot por parte del organismo.
Asumir que la floja participación en un proceso que pretendía ser democrático es consecuencia de que fuese más un capricho propagandístico que un producto de la voluntad popular, no es una posibilidad para la administración en turno, resulta mucho más factible repartir culpas que hacer autocrítica que les permita vislumbras las causas del fracaso.
La segunda conjetura corresponde a la oposición y al triunfalismo con el que han abrazado el resultado de la consulta.
La oposición asegura que la poca participación es consecuencia de la perdida de aceptación popular de la 4T en general, y que de 30 millones de simpatizantes que eligieron a AMLO en 2018, solo quedan la mitad de ellos. Esto es una inexactitud, poco interés de la población respecto a actos propagandísticos no significa pérdida de respaldo popular precisamente.
A ciencia cierta, la consulta de revocación de mandato no tuvo los efectos esperados al no ser producto de un reclamo popular y al carecer la población mexicana de una cultura formada en torno a la democracia participativa.
Con la consulta de revocación, el objetivo de la 4T era sentar un antecedente para que este proceso fuese implementado a futuro; lograr el carácter vinculante de la consulta solo habría supuesto una victoria moral más de la 4T sobre la oposición.