El desbordamiento del Río Tula en días pasados mantiene a esa región, en un estado de alerta. Según un primer balance, se requieren de 7 mil 500 millones de pesos para rehabilitación urbana y obras. A lo anterior, habría que sumar los bienes de los cerca de 70 mil damnificados de los municipios de Tula, Tepeji del Río, Ixmiquilpan y Tasquillo.   

La problemática, por tanto, está lejos de tener una solución de corto plazo. Por lo que la ayuda tendrá que ser permanente. Ante esta desgracia, hay quienes aprovechan la ocasión para sacar raja política.

A ello obedece la visita de políticos, que con la intención de ayudar se dejan ver un poco en el lugar de los hechos esperando abonar a su imagen y tener unos minutos de lucimiento personal. Se trata pues, de una pantomima ampliamente conocida que como especie de ritual tienen que hacer los políticos.

No obstante, nunca se queda bien. Porque si lo hacen se les va a criticar de oportunistas y si no lo hacen de insensibles ante la tragedia. Por los dos lados, las autoridades que se apersonan quedan mal. Es una realidad que nunca será suficiente la ayuda en la desgracia, por mucho que se quiera mostrar el rostro más sufrido o comprensivo.      

Por fortuna, la gente ya está vacunada ante estos teatros. Y una muestra es lo que ocurrió en días pasados cuando el presidente municipal de Mineral de la Reforma, Israel Félix llegó a Ixmiquilpan con 300 despensas que él gestionó. Acto seguido tuvo que recular porque supuestamente un error de cálculo, hizo que la ayuda se descargara en el municipio incorrecto. Pues aquellas despensas llevaban como destino Tasquillo.

Ante la pifia, el edil optó por la peor salida que se encuentra grabada y ampliamente difundida en redes sociales. Decidió recoger las despensas, una vez que ya se habían entregado y retirarlas al municipio correspondiente.

No obstante, el descuido le salió muy caro porque se puso en evidencia una reacción prepotente del “gestor” de Mineral de la Reforma, cuando se justifica que se lleva los apoyos porque él fue quien logró dicho recaudo.

La miserable reacción indignó a los presentes quienes compartieron rápidamente el video del supuesto descuido. Porque la lectura, es que se realiza una entrega de apoyos simulada. Un evento con la sola intensión del lucimiento personal.

Ante esto no faltaron las voces que buscaron una salida fácil. Que los representantes populares donen un mes de sueldo. Incluso, hubo quienes hicieron las ecuaciones correspondientes y presentaron una cifra de dinero, que representaba el monto referido.

Esa bolsa de dinero, puede ayudar mucho pero no soluciona nada. Solo alimenta el morbo de quitar un poco de efectivo, a quienes les pagan mucho. Lo ocurrido en aquella región va más allá de donaciones que se puedan hacer ahora.

Lo que se tiene que hacer es tomar medidas drásticas.

Toda esa agua que desemboca, debe de tener un tratamiento. Es momento de tomarse enserio el desarrollo urbano integral de aquella región, que se encuentra sobre explotada. Ahí convergen todas las desgracias porque se utiliza a Tula como drenaje de la ciudad de México, como espacio propicio donde conviven industrias que han contaminado desde hace décadas el aire y donde ante la derrama económica que pueden generar las empresas cementeras, la termoeléctrica, la refinería de PEMEX, las maquiladoras, entre otras, se tiene un municipio con carencia de servicios.

La tragedia, por tanto, tiene un rostro humano que la potencializa. Ya es hora de tomar decisiones que impacten la vida cotidiana de las personas y procurar espacios dignos donde vivir sin la necesidad de dejar la salud, integridad y vida de por medio.

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