Por Arturo Hernández Cordero
Después de la rápida gira del Presidente Andrés Manuel López Obrador por Centroamérica y el Caribe, empezada el jueves 5 de mayo en Guatemala y concluida el domingo 8 de mayo en Cuba, el mandatario mexicano ha retornado al país con compromisos internacionales refrendados y una postura que se prevé, puede llegar a complicar las relaciones con Estados Unidos.
Y es que el mandatario, en su gira se ha comprometido con los gobiernos de Guatemala, Honduras y El Salvador, a implementar programas sociales y proteger a los migrantes provenientes de esos países que pasen por México, eliminar aranceles para la importación de productos de Belice, y fortalecer los lazos Cuba a la vez de emplear personal médico de ese país para solventar el déficit de especialistas médicos en ciertas zonas de México.
La gira exprés por los países mencionados, forma parte de una serie de esfuerzos de AMLO por consolidarse como un líder de gran peso en America Latina más allá de las fronteras mexicanas, pero lo que verdaderamente causa incertidumbre es el renovado discurso anti estadounidense con el que López Obrador ha regresado de su gira.
Últimamente el presidente ha proferido una serie de reclamos al gobierno estadounidense que podrían pasar a afectar las relaciones bilaterales entre México y Estados Unidos. La semana pasada, AMLO reprochó a Estados Unidos destinar mucho más dinero a la guerra en Ucrania que al plan de desarrollo ideado para Centroamérica, y a principios de esta semana dejó abierta la posibilidad de no asistir a la Cumbre de las Américas (que tendrá lugar en el mes de junio en Los Ángeles), de no ser invitados los gobiernos de Cuba, Nicaragua y Venezuela a la misma.
Ante tal amague del presidente, queda claro que su compromiso con la agenda izquierdista está por encima de la estabilidad Geopolítica de México, pues de no asistir a la Cumbre de las Américas, las relaciones con el gobierno de Joe Biden, quedarían dañadas y existiría una perdida de confianza hacia su figura por parte de la comunidad internacional al anteponer su apoyo a gobiernos antidemocráticos sobre la neutralidad que tanto pregona, y México no está en posición de tensar la relación con EE.UU