En un mundo donde la información parece ser una vertiente existente en todo momento de nuestra vida, aún existen una diversidad de barreras que en gran medida impiden que la información arribe en igualdad de condiciones a todos.
En tal sentido, debemos de preguntarnos si la igualdad implica también en la medida de lo posible eliminar las barreras que impiden acceder a la información, así que el derecho al internet se vuelve un derecho universal y el derecho a la información a través del mismo, el derecho a tener una vivienda digna implica el derecho que tenemos las personas que en dicho hogar exista luz e internet
Hoy, en un momento donde la humanidad necesita conectarse para poder entenderse, donde la distancia es necesaria para poder sobrevivir en una pandemia, es necesario garantizar el derecho a esa vida digna del siglo XXI, pero si lo fundamental que es la luz no ha terminado de ser garantizado en la totalidad del país se vuelve una mera ilusión el poder pensar que las clases en línea y el trabajo a distancia son una ilusión para esta época.
Por tanto, es que la exigencia prevalece, pues la necesidad no ha mermado y la misma crecerá no solamente en esta época sino a lo largo del siglo. En tanto que la igualdad hoy se convierte en una necesidad digital.
Sin embargo, aún y con esta brecha digital existe el resto de las brechas que no hemos podido culminar, las económicas y sociales, que cada día se agravan más y que el Estado ha dejado aún lado.
Sin duda este momento en la historia de la humanidad nos ha dejado grandes cambios y uno de ellos es en el derecho, pues el pensar en un servicio básico como un derecho fundamental es sin duda un momento de cambio en nuestra nación.
En consecuencia, es que es momento de dejar regulaciones sin sentido y comenzar a garantizar derechos fundamentales que hoy son necesarios para la sociedad.
Lic. Juan Fernando González Espinosa
juanfer_lm@hotmail.com