Estamos por concluir este año y parece que no hay que olvidar, ciertas reformas que faltan por ser aprobadas y que son verdaderamente necesarias.

Si bien ha existido una publicación de reformas constitucionales en materia laboral, no se ha cumplido con aquellas que tan esperadas por nuestros trabajadores y trabajadoras.

En primer punto, por supuesto que la disminución del horario laboral es una deuda existente en nuestro país, siendo incluso mucho más importante que el aumento al salario mínimo puesto que, mientras que el salario solamente beneficia a un grupo reducido de trabajadores, la disminución del horario laboral pudiera potencializar tanto el aumento de trabajadores y con ello, disminuir el número de desempleados.

En tal sentido, incentivaría la economía nacional y sería un empuje fundamental para la redistribución de la riqueza.

No obstante, es seguro que aquello pudiera generar grandes inconformidades con importantes empresas, lo cual debe de ser contrarrestado por medio de una política económica interna correcta.

En segundo punto, la denominada ley silla que implica el derecho de las y los trabajadores, para poder sentarse durante grandes jornadas laborales, se traduce en un aumento en los derechos positivos, pero no en aquellos existentes porque el derecho que tenemos como trabajadores a descansar y a sentarse, parte de la dignidad humana.

Del mismo modo, dichas reformas son un reconocimiento a los derechos de los trabajadores en su vertiente de progresividad, lo que nos llevará a impulsar más y mayores reformas en beneficio de las y los trabajadores.

En consecuencia, como sociedad y el Estado, tenemos una deuda con la clase trabajadora que debe ser saldada y un gran avance serán estas reformas que día a día, beneficiarán tanto a los trabajadores actuales como a futuros, que en mucho mejorara la calidad de vida de nuestra población.

jfernandoge1@gmail.com

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