La presencia de los jóvenes en la política de hoy, es un enigma y un desafío que no podemos ignorar. Aunque quienes tienen entre 19 y 21 años, ya pudieron participar en la elección de Ayuntamientos en 2020 y de Diputaciones, este año será la primera vez que este grupo de edad de entre 19 a 29 años podrá elegir al titular de la Gubernatura en 2022, y ascienden a 300 mil votantes.
En contraposición a sus predecesores, los llamados “millennials”, los ahora denominados “centenial´s” son jóvenes que nacieron después del año 2000 y están fuertemente influenciados por la tecnología. Desconfían de los métodos tradicionales de participación y son más cercanos al activismo digital, que podrían ser una ventana para incentivar esta participación.
Nunca han confiado en los partidos políticos, pero eso no significa que no participen en política. Muchos están comprometidos en la defensa de causas, como el género, derechos reproductivos, defensa de los animales, del medio ambiente. Forman colectivos, crean memes y participan en marchas. Tienden a tener una mentalidad más abierta sobre raza y género, suelen ser indiferentes a las promesas vacías.
Por razones obvias, carecen de memoria histórica sobre los tiempos de las gubernaturas autoritarias. Sólo recuerdan que en Hidalgo siempre han sido gobernados por el PRI, igual que sus padres y abuelos, y al igual que ellos han padecido las consecuencias de la corrupción, la pobreza y la desigualdad estructural. Si bien su voto podría tener alguna relevancia, se sigue considerando incierto por su aparente desinterés hacia la política.
Lo más preocupante es que la mayoría de los partidos políticos no se preocupan ni de su agenda, ni de sus problemas como la violencia y la falta de empleo, y mucho menos los incluyen como parte de sus activos políticos.
Lo deseable es un proyecto de gobierno, que aspire a dirigir el estado incluya a las y los jóvenes de manera seria y comprometida y construya mejores condiciones, para que sean un nuevo horizonte más allá de un botín electoral