Con el destape de una red de corrupción presuntamente iniciada en 6 municipios para desviar recursos por 207 millones 653 mil 945 pesos a través de empresas Oaxaqueñas, vamos comprendiendo por qué en Hidalgo hay tal retraso y corrupción
Iniciamos con Nopala de Villagrán, que habría recibido más de 71 millones de pesos, para el arrendamiento de maquinaria, fumigación domiciliaria y rehabilitación de caminos, pero cuyo destino de esos recursos se desconoce.
Entre los otros 5 municipios también son investigados, se encuentra Epazoyucan, Huautla, municipio al que no le cuadran los 14 millones de pesos de recursos extraordinarios, Tlahuelilpan, que recibió 30 millones para pagar un servidor web que no aparece, Yahualica que aparentemente pago 15 millones de pesos para instalar una aplicación de “chat”.
Y finalmente Pisaflores, cuyo ayuntamiento recibió 13 millones de pesos para mitigar los efectos de la pandemia y 17 millones 980 mil 890 pesos para rentar maquinaria y darle mantenimiento a caminos.
Pero nada de esto habría sido posible sin el solapamiento de la Contraloria Estatal del Gobierno de Omar Fayad. Y es que como señalan los teóricos hay funcionarios honrados en la administración pública que resisten todas las tentaciones. Pero cuando el tamaño del soborno es considerable y el castigo, en caso de ser atrapado, es pequeño, muchos funcionarios sucumbirán.
Por eso se requieren mejores sistemas para reducir tanto los incentivos como las oportunidades para la corrupción, y por eso ha sido bien recibido que el Gobernador Julio Menchaca haya visibilizado esta red de y que haya señalado que en su gobierno no habrá complicidades-
Sin importar el partido de procedencia tendrán que responder es deseable que quienes estén implicados en esta estafa maestra respondan y duelvan al pueblo lo robado pero también debe combatir la corrupción desde sus causas y no sólo cuando sus efectos ya se han consumado