El 12 de julio se conmemora el día del abogado en nuestro país, pero me parece que más que ser una fecha de festejo debe de ser un motivo de reflexión sobre la importancia de la profesión para México y el mundo.

En diversas ocasiones me he referido a la importancia del derecho y de los abogados y me parece que hoy es un momento de gran importancia para hacerlo puesto que, sin duda la profesión encargada de proteger al más débil debe de ser reconocida.

En tal sentido, es que los abogados sin duda son motivo de persecuciones y críticas, en el momento en que se convierten en verdaderos baluartes de la justicia y cual Quijotes intentan destruir los molinos del abuso y la opresión.

Si se quiere destruir a una sociedad se debe de comenzar por la justicia y si existe abogado que la defienda seguro estoy que no solamente será visto como el enemigo del Estado y el enemigo de la sociedad, es cierto que es difícil estar del lado de aquellos que la sociedad quisiera desaparecer, del lado de aquellos que la sociedad quisiera olvidar en una cárcel o de aquellos que el Estado quisiera no escuchar en las problemáticas cotidianas, como en la pobreza, en la muerte o en cualquier problemática de cualquier persona común que el Estado quisiera no escuchar.

Sin embargo, esa es la tarea noble del abogado escuchar y defender a aquellos que el Estado no puede o no quiere defender y es ahí donde el verdadero abogado se erige entre el deber ser y los obstáculos que la sociedad y el Estado imponen a nuestra noble causa.

Por tanto, no tengo la menor duda que cada día se escucharan malos comentarios de los abogados puesto que, si el trabajo es ir en contra de un sistema, nunca se podrá tener la reputación que el sistema quisiera para el abogado, pero solo así se logran los cambios en la vida democrática de un país: resolviendo con la ley, la razón y la justicia cada caso.

Lic. Juan Fernando González Espinosa

juanfer_lm@hotmail.com

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