Pese a las condiciones adversas derivadas de la contingencia sanitaria por Covid-19, como el desempleo, temor, confinamiento y problemas familiares, la incidencia de suicidios disminuyó en relación a años anteriores, incluso en 2019, a estas alturas, siete personas se habían quitado la vida.
Los dos primeros suicidios ocurrieron los días 3 y 4 de enero; las víctimas: dos mujeres, una de 30 años que se lanzó al vacío en las minas de colonia La Cañada y la otra víctima, de 26 años, se ahorcó con un lazo al interior de su domicilio ubicado en la colonia Carlos Salinas de Gortari.
El miércoles 2 de julio, un hombre que se encontraba hospedado en un hotel ubicado frente a la Central de Autobuses, utilizó un cinturón para quitarse la vida.
El 23 del mismo mes, en la colonia San Antonio Farías, un varón de 74 años de edad, también escapó por la puerta falsa, toda vez que fue hallado por sus familiares pendiendo de un cable del techo de su casa.
Un día después, una joven de 24 años, se ató una cuerda al cuello y se colgó de un árbol situado en el camino de terracería que conduce a la colonia San José Caltengo.
A diferencia de 2019, a la fecha no hay registros de menores de edad que hayan tomado esta determinación, por lo menos en el municipio de Tulancingo.
TENDENCIAS DE SUICIDIOS O INTENTOS, SUELEN INCREMENTARSE EN FECHAS NAVIDEÑAS
Dulce Zermeño Vega, titular del área de psicología de Cruz Roja, comentó que en temporadas cercanas a la Navidad, la tendencia de suicidios aumenta, pero este año, con la pandemia de COVID-19, el panorama aún es incierto.
“En estas fechas surge una figura que se conoce como distimia, que se define como un tipo de trastorno afectivo o del estado de ánimo; por ejemplo, con este frío queremos calor de hogar, queremos estar junto a la familia, la situación económica adversa, el desempleo, divorcios, separaciones y otros factores, dan como resultado que las personas se depriman y en ocasiones suelen tomar decisiones fatales”.
En los adolescentes –agregó la entrevistada-, estos casos se dan por la poca comunicación con los padres porque pueden ser objeto de bullying, al igual que por la falta alimentación adecuada, lo cual puede afectar neurológicamente a los menores que son más sensibles a estos factores de conductas.
“También, es importante considerar que en las fechas previas a la Navidad y al Año Nuevo, ya no hay un contacto emocional efectivo entre la gente ni con la familia, como el diálogo o un abrazo, ahora es solo por teléfono, por lo que una personas puede sentir los efectos de la soledad o de la melancolía”.
La profesionista, dijo también que los hombres son más proclives a consumar el suicidio que las mujeres.
“Una de las acciones para frenar este tipo de actos en personas depresivas, es la comunicación constante y efectiva con ellos, por parte de los amigos o de familiares, principalmente entre padres de hijos para el caso de los adolescentes y la otra, buscar ayuda profesional porque puede haber desequilibrios hormonales que generan trastornos y requieren medicamentos, sobre todo cuando son depresiones crónicas o hereditarias”, concluyó