Por Arturo Hernández Cordero
Desde finales del año pasado, las tensiones entre dos de los tres Poderes que integran el Supremo Poder de la Federación; el poder Ejecutivo y el Poder Judicial, se han acrecentado y han dañado considerablemente el principio de división de Poderes que establece el artículo 49 de la Constitución.
Por un lado, existe una clara animadversión por parte de la Presidenta de la Suprema Corte de Justicia, Norma Lucía Piña Hernández, hacia el proyecto de nación de la 4T, desde la cual, se frenó a principios de año, el llamado “Plan B” de la reforma electoral impulsado por AMLO y posteriormente aprobado por el Congreso, alegando inconstitucionalidad en el proceso; hecho que fue percibido por el Presidente López Obrador y los congresistas afines al oficialismo, como un acto de irrespeto a la división de poderes.
Tal desafió hacia la autoridad de López Obrador y la disposición de la mayoría del Congreso, resultó en una excusa idónea, para que el oficialismo emprendiera una contienda en contra del Poder Judicial y específicamente, contra varios Ministros de la SCJN.
La Reforma que pretende eliminar 13 fideicomisos del Poder Judicial, tiene un objetivo específico con el que la 4T busca validar su campaña en contra de la SCJN: fortalecer la narrativa de un Poder Judicial, disociado de las necesidades sociales y corrompido por intereses facciosos.
Si bien, el utilizar todo el aparato del Estado en contra de la máxima autoridad jurisdiccional es inconstitucional e ilegítimo por parte de AMLO y la 4T, el que los trabajadores del Poder Judicial, se acompañen de figuras políticas de oposición durante sus manifestaciones en contra de la reforma, fortalece la idea entre la ciudadanía de que el Poder Judicial está totalmente politizado.
Si con Arturo Zaldívar al frente de la SCJN, el Poder Judicial se percibía como un ente promotor del progresismo, con Norma Piña se percibe como un brazo jurídico de la oposición; mientras tanto, la impunidad y la falta de división de poderes en el país sigue afectando de sobremanera a la sociedad mexicana.