Por Arturo Hernández Cordero

El mes de diciembre del 2022 ha sido uno de los meses en los que el presidente López Obrador ha mostrado menos prudencia política en su sexenio. Si bien, los resultados generales de su gobierno siguen siendo deficientes en materia de seguridad, salud y economía, el mandatario sigue dictando el curso del debate público polarizando, atacando, e incurriendo en injerencias sobre los gobiernos extranjeros.
Las mas recientes polémicas del presidente tienen que ver con su indiferencia hacia la violencia en contra de los periodistas y su injerencia en los asuntos internos de Perú. La semana pasada, el periodista Ciro Gómez Leyva (crítico recurrente de su gobierno) fue víctima de un atentado que pretendía acabar con su vida mientras se dirigía a su domicilio, del cual únicamente logró salir ileso gracias al blindaje de su vehículo.
Tras dicho acontecimiento, AMLO no tardó en desestimar lo sucedido y aseguró en la conferencia mañanera del lunes que dicho atentado podría haber sido autoinfligido con el objetivo de dañar la imagen de su gobierno. Es conocido que López Obrador frecuentemente recurre a estigmatizar a cualquier periodista que no sea afín a su gobierno, señalándolos de golpistas y haciéndolos proclives a recibir ataques de toda índole por parte de sus simpatizantes; algo inaceptable para un supuesto promotor del “humanismo mexicano”.
Además, en su arrogancia de concebirse a si mismo como el mayor líder político de Latinoamérica, el presidente en más de una ocasión ha ocasionado crisis diplomáticas con otros países de la región. Ahora ha sido con Perú, cuyo gobierno ha instado a retirarse del país al embajador Pablo Monroy y lo ha declarado persona “non grata”. Si bien, darle asilo político a la familia de Pedro Castillo forma parte de la tradición mexicana, las expresiones descalificativas por parte de AMLO sobre el nuevo gobierno de Perú, propiciaron qué las relaciones con el país andino (miembro de la alianza del pacífico) estén rotas.
La postura conciliadora que mostró AMLO a principios de sexenio ha dado paso a su naturaleza combativa y sin temple alguno, se espera un final de sexenio complicado en términos políticos para México

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