Un 99% del calcio forma parte de huesos y dientes, el 1% restante tiene otras funciones no menos importantes: participa en la excitabilidad de nervios y músculos, en el funcionamiento del corazón, en la coagulación de la sangre. El calcio está presente en la sangre, en los líquidos extracelulares, y en los intracelulares. Es necesario que la sangre mantenga unos valores constantes de este mineral para atender estas demandas. De manera que cuando disminuye en sangre, inmediatamente se reequilibra tomando, si es preciso, del que está almacenado en huesos y dientes.

FACTORES DIETÉTICOS ACIDIFICANTES:

Exceso de proteínas. La OMS sugiere un 12-15% de calorías procedentes de proteínas, nuestra dieta contiene más. El metabolismo de las proteínas genera residuos ácidos, y aún más la proteína animal. Si cierta cantidad de proteína es necesaria para la absorción de calcio, el exceso incrementa su eliminación a través de la orina.

Azúcar y cereales refinados. El azúcar y los cereales refinados, desprovistos de sus sales minerales y vitaminas, producen un empobrecimiento de los micronutrientes (vitaminas y minerales) necesarios para su metabolización, y también son acidificantes; especialmente el azúcar.

La deficiencia de magnesio es otra causa de la deficiente absorción del calcio. El calcio que se incorpora a los huesos lo hace en estrecha relación con el fósforo y el magnesio. Nuestra dieta habitual contiene un exceso en fosfatos (debido a los fertilizantes químicos y los aditivos alimentarios), pero suele ser deficiente en magnesio. Ambos factores dificultan el metabolismo óseo del calcio. Por mucho calcio que se tome, si hay deficiencia de magnesio es difícil que se aproveche bien. El exceso de sodio (sal) también puede tener un efecto negativo.

Productos lácteos, cierto es que contienen mucho calcio, pero tiene el inconveniente de que su contenido en proteínas aumenta nuestro ya excesivo consumo de proteínas, lo que a su vez dificulta la absorción de calcio. Por otra parte, el bajo contenido en magnesio de la leche y su baja relación calcio/fósforo hace que el porcentaje de calcio que efectivamente se absorbe sea relativo.

Otros factores dietéticos que pueden contribuir a la desmineralización son los oxalatos (espinacas, cacao), que aumentan la excreción de calcio. El ácido fítico de la fibra de los cereales, en personas que han hecho una transición brusca a la alimentación integral (muy alta en fibra).  En el caso del pan, la fermentación con levadura madre elimina este problema. Las plantas solanáceas contienen un alcaloide, la solanina, sospechoso de alterar el metabolismo del calcio.

Además de prestar atención a los factores drenantes de calcio, conviene hacerlo también a los que favorecen su absorción.

El ejercicio y la vitamina D (se sintetiza por la acción del sol sobre la piel) promueven la absorción de calcio. Finalmente, un adecuado balance de calcio no depende sólo de la cantidad presente en los alimentos. Hay otros factores también importantes, como el equilibrio en las proporciones de macronutrientes (hidratos de carbono, proteínas, grasas) así como su calidad y procedencia. Tal vez la clave no sea la cantidad de calcio que se ingiere, sino la calidad y el equilibrio de la dieta en general. ¡¡¡Baje de peso e inicie un nuevo estilo de vida!!!

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