La ola de COVID se encuentra en su máximo apogeo y las clases están próximas a comenzar, es inminente la toma de decisiones respecto a la seguridad, la saluda y la educación de las personas.
Sin embargo, me parece que es muy arriesgado señalar que es el momento de tomar la decisión, considero que el momento para tomar estas decisiones fue hace ya varias semanas, debemos de ser claros que las olas de la pandemia no son momentáneas por el contrario son tiene un periodo tanto de incubación como de contagio.
En tal sentido, el deber del Estado es garantizar el derecho a la salud en su máxima expresión, es decir, impedir no solamente que se propaguen los contagios, sino que debe de prevenir el aumento de casos cuestión que no ha ocurrido.
No obstante, la vacunación ha sido pieza fundamental para que esta nueva ola no sea ni tal letal ni tan escandalosa como las anteriores, pero no podemos pasar por alto que si trae consecuencias graves hacia la sociedad.
Ahora bien, en cuanto al derecho a la educación la suspensión de clases ha sido una de las medidas más aclamadas y ocupadas por el Estado sin tomar en consideración la obligación que tiene para con los estudiantes.
Por el contrario, debe de considerar que su obligación es garantizar la educación de los estudiantes, lo cual se logra a través de las medidas necesarias para evitar que los contagios sean así de graves que se tenga la necesidad de suprimir las clases.
Por tanto, es que reitero que no considero que este sea el momento de tomar las decisiones correspondientes puesto que, el momento debió de haber sido anterior al aumento ya que, la educación no puede ser la moneda de cambio ante los errores en la población y como tal el aumento en los casos por ende se debe de garantizar de manera inmediata el derecho tanto a la salud como a la educación de los estudiantes por medio de medidas urgentes y emergentes.
Lic. Juan Fernando González Espinosa
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