El Ejército de Honduras comenzó a tomar el control de las cárceles del país desde el lunes lunes, después de varios disturbios en el interior de los penales, el más violento de los cuales dejó 46 reclusas muertas en un centro de detención de mujeres la semana pasada.
Tras la tragedia, la presidenta hondureña, Xiomara Castro, anunció que entregaría el control de las prisiones a la Policía militar, en lo que supuso un cambio de postura con respecto al objetivo de la desmilitarización de la seguridad que había mantenido hasta la fecha. La medida se toma con la intención de detener el crimen organizado dentro de las cárceles.
El ministro de Defensa, José Manuel Zelaya Rosales, informó el lunes de que solo en un módulo de alta seguridad del complejo penitenciario de La Torva se hallaron municiones, armas de grueso calibre, cargadores, chimbas [arma de fuego artesanal], teléfonos celulares y satelitales, explosivos de fabricación casera, radios, routers y sillas eléctricas.
“Las cárceles del país no deben de seguir como escuelas del crimen”, dijo Zelaya en sus redes sociales, donde ha compartido imágenes y un video con el armamento incautado, así como varias fotografías en que se ve a los presos del penal de alta seguridad de Tamara.
En las imágenes, los reos aparecen sentados en un patio con el torso desnudo y las manos en la cabeza rapada, lo que recuerda a las fotografías compartidas por el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, quien ha encerrado a más de 60.000 presuntos pandilleros en el último año y medio.
Zelaya afirmó que la misión es “derrotar al crimen organizado que está en las cárceles” y prometió que también capturarán a los “autores intelectuales” de la violencia que operan puertas afuera.
En Tamara se encuentra recluidos alrededor de 4.200 presos, en un centro con capacidad para 2.500, lo que deja en evidencia el hacinamiento de los prisioneros. Se trata de uno de los dos penales, junto con La Tolva, que desde el lunes pasaron a estar bajo control de la Policía Militar.
En total, en el país hay alrededor de 20.000 reos distribuidos en 26 cárceles. Según un informe de Naciones Unidas, todas ellas están superpobladas y alojan un 34,2 % más reclusos de su capacidad.
El director del Instituto Nacional Penitenciario, Ramiro Fernando Muñoz, en declaraciones a los medios, informó del inicio del proceso de transición de los centros penales de la Policía Nacional hacia la Policía Militar.
Muñoz compareció junto al arsenal que se requisó en uno solo de los módulos, el de máxima seguridad donde está instalada la Pandilla 18, del penal de Tamara, que en su opinión es tan solo el 5 % de lo que ha ingresado las estructuras criminales a ese centro penitenciario.
En las imágenes se pueden ver cuters y todo tipo de armas de fuego, incluidas semiautomáticas, así como granadas de mano.
“Si esto lo encontramos en este área de máxima seguridad, pues ustedes mismos podrán deducir qué es lo que habrá en el resto de los lugares”, afirmó el director de la institución, que también informó que ingresarían al módulo ocupado por la mara MS, y que posteriormente ofrecerán detalles de las incautaciones.
act