· El gobierno pide medicinas, Insabi no paga… ¿y de dónde?
· La producción está paralizada y se avecina una crisis peor
· La educación en su laberinto: nadie quiere volver a clase
La falta de medicamentos ha entrado en un círculo vicioso.
Las instituciones de salud los necesitan con urgencia, el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) no paga y aún así los pide.
Pero…
Los laboratorios y distribuidores nacionales no pueden surtir porque deben, pagan intereses y carecen de inventarios.
Y de dinero para pagar.
Es muy fácil:
Las deudas del Insabi del tabasqueño Juan Antonio Ferrer superan los dos mil millones de pesos por pedidos entregados… ¡en 2019!
Una novedad.
Desde los tiempos de Ernesto Zedillo -y hablamos del sexenio 1994-2000- se creó el sistema de compras consolidadas y nunca hubo ni acumulación de pendientes ni nada.
Hasta este sexenio.
Cuando so pretexto de combatir la corrupción, el enriquecimiento de laboratorios y distribuidores y todo lo demás del discurso del blablablá, se decidió cambiar el esquema.
EN LAS MANOS DE
LA O Y SALCEDO
Es un asunto gravísimo.
Miles de familias, sobre todo enfermos de cáncer, Sida, diabetes y otras enfermedades terminales, dependen de la solución de este problema.
Los dirigentes de la Asociación Mexicana de Laboratorios Farmacéuticos (Amelaf, Juan de Villafranca, Arturo Morales Portas) tienen múltiples quejas.
La principal de ellas: el Insabi no paga cuanto debe, el discurso presidencial los desprestigia y sin embargo continúan los pedidos.
Dicen:
-Esta deuda superior a los dos mil millones de pesos tiene lastimadas las finanzas de todas las empresas fabricantes, importadora y comercializadoras de fármacos.
Hablamos de mercado, pero esto incluye la producción porque han necesitado acudir a instituciones de crédito a fin de no caer en la insolvencia.
-Pero estamos amenazados por no cumplir con los bancos. Mientras, el Insabi continúa solicitando pedidos de medicamentos y servicios en el extranjero y dentro del país.
Entre sus luces de alerta hay una de esperanza: ayer llegó Rogelio de la O a Hacienda y Roberto Salcedo se estrena en la Función Pública.
Recurrirán a ellos para exponer su problema.
LA EDUCACION
EN SU LABERINTO
Al margen del discurso oficial, la educación enfrenta muchos sinodales.
El primero son los padres de familia, reacios a regresar a clases porque no ven controlado el Covid y temen por sus hijos.
El segundo son los maestros, confrontados con el discurso presidencial y sin siquiera tener las escuelas organizadas para el regreso a clases presenciales.
El tercero es la realidad: dígase cuanto se quiera, la pandemia sigue rampante y los niños no están vacunados para garantizar su salud.
Y al margen de la orden presidencial, tanto directores de planteles como maestros hacen sus propias encuestas para determinar qué hacer.
Pendiente está el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) de Alfonso Cepeda, cuyo discurso no cambia:
–Necesitamos tres V: semáforo en Verde en todos los estados, Vacunación de todos los maestros y personal administrativo y regreso Voluntario.
Un oficio de Cepeda asienta:
“Una vez atendidos estos requerimientos, en cada entidad se realizará la apertura de escuelas, la principal preocupación son nuestros alumnos, que acudan todos, después, con toda empatía profesional, identificar los aprendizajes esperados y los no esperados, sin presiones”.
Y ahí van, en busca de empatar la realidad con la visión de Palacio Nacional.