Los colores no solo son una herramienta estática, sino que también tienen un profundo impacto en nuestra salud física y emocional. Numerosos estudios científicos han demostrado como los colores pueden influir en el bienestar, la productividad y la recuperación en contextos terapéuticos, es por ello que hoy, en Salud y Más, les mencionaré algunos de estos beneficios y las investigaciones que los respaldan.
Comienzo con el color rojo, el cual está asociado con la estimulación y el aumento de la energía. Investigaciones han encontrado que este tono puede elevar la presión sanguínea y aumentar el ritmo cardiaco, lo que lo convierte en un color útil para momentos que se requiere concentración o activación.
Un estudio realizado por la Universidad de Rochester encontró que los individuos expuestos a colores rojos mostraron un mayor enfoque en tareas que requieren atención a los detalles, aunque también puede generar sensaciones de estrés si se usa en exceso.
Por su parte el azul, es conocido por su capacidad para inducir una sensación de calma. Un estudio de la Universidad de Surrey revela que este color tiene la capacidad de reducir la frecuencia cardiaca y la presión arterial, lo que ayuda a disminuir el estrés, es por ello que, en ambientes de trabajo, el uso de colores azules puede contribuir a mejorar la productividad y promover un entorno relajado, aunado que los azules, también se han utilizado en terapias de luz para tratar el insomnio y la ansiedad.
El verde es considerado un color equilibrante, relacionado con la naturaleza y la armonía. Investigaciones sugieren que estar expuesto al verde puede reducir la ansiedad y promover la curación, esto respaldado por un estudio realizado por la Universidad de Texas, donde se puede corroborar que los entornos verdes ayudan a las personas a recuperarse más rápidamente de situaciones de estrés.
En cuanto al color amarillo, este se asocia con la energía mental y la claridad. Un estudio de la Universidad de británica de Mánchester, demostró que la exposición a este color incrementa la actividad cerebral y la memoria, además de observar que este color mejoraba el estado de ánimo ayudando a las personas a sentirse más optimistas, pero, usándolo con moderación, ya que en exceso podía causar también irritabilidad o ansiedad.
En cuanto al color blanco, es percibido como un color que representa limpieza, pureza y orden. En términos de salud mental, se ha descubierto que los espacios blancos pueden mejorar la claridad mental y la concentración. Un estudio de la Universidad de Minnesota observó que los entornos minimalistas y dominados por este color, ayudan a reducir el estrés y favorecen una sensación de control y bienestar.
En conclusión, la ciencia ha comenzado respaldar los múltiples beneficios que los colores tienen sobre nuestro bienestar físico y emocional, influyendo positivamente en nuestro entorno siendo una herramienta poderosa para mejorar nuestra calidad de vida, es por Salud y Más… hasta la próxim@.