·     El Inai pagará la afrenta de la Corte

·     Está plagado de priístas, cree AMLO

·     Otro comisionado sólo por tómbola

Viene la venganza.

Si nueve ministros, vaya afrenta de malagradecidos, acabaron con los sueños de una reforma electoral al gusto de dios padre, alguien debe cargar con las consecuencias.

Y en espera de nuevas venganzas el siguiente objetivo es el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de datos personales (Inai) porque reta a la autoridad.

Sin las resoluciones del Instituto no hay claridad en el manejo de recursos públicos, tampoco hay información sobre el comportamiento de funcionarios y menos democracia.

Por eso es el siguiente objetivo y, sobre la base dicha, no volverá a operar en condiciones de autonomía, libertad y ordenamientos para clarificar tantos actos públicos.

Esta es la orden de Palacio Nacional:

Bajo ninguna circunstancia, ni por mandato judicial, el Senado de la República nominará al quinto comisionado para darle funcionalidad al pleno y someter a juicio popular a la administración pública federal.

Y el siguiente paso será ordenar su desaparición por mandato de ley.

SÍNDROMES

PRIÍSTAS

Hay síndromes presidenciales.

Una revisión simple imposibilita el control del Inai con la designación de dos nuevos consejeros, razón por la cual se descalificó a Yadira Alarcón Márquez y a Rafael Luna Alviso.

Ellos, acuerdo entre Morena y el PAN según el presidente, se sumarían a representantes de partidos designados en el pasado por operadores políticos neoliberales.

Esta es la reflexión presidencial:

Blanca Lilia Ibarra Cadena, la actual presidenta, llegó como comisionada al Instituto a promoción del priísmo bajo el mandato senatorial de Emilio Gamboa Patrón y por lo tanto obedece a intereses priístas.

Según el catálogo de Palacio Nacional, Adrián Alcalá Méndez también tiene afiliación priísta y por lo tanto no es confiable.

Y las otras dos comisionadas, Norma Julieta del Río Venegas Josefina Román Vergara, obedecen a intereses del pasado, lo cual no los identifica con el actual gobierno.

Por eso se rechazó a Yadira Alarcón Márquez y a Rafael Luna Alviso, para colmo identificado con el zacatecano Ricardo Monreal.

Esa es la obtusa visión presidencial.

TÓMBOLA

DE SALIDA

1.- Hay un camino alterno.

Si un mandato judicial obliga a resolver la inactividad del Inai, entonces se recurrirá a una práctica lópezobradista: la tómbola.

Es el recurso cuando se quiere ganar popularidad aun a riesgo de la democracia y pronto el jefe del control político del Senado, Ricardo Monreal, recibiría la propuesta.

Y 2.- no ignoremos un error:

Las distintas generaciones de comisionados del Inai, antes IFAI, no han logrado formar consciencia ni generaciones impulsoras de la transparencia.

Es la gran diferencia con el INE, antes IFE.

A lo largo del país tienen profesionales dedicados a la organización, desarrollo, supervisión y calificación de elecciones, lo cual es valorado por la sociedad.

Una fortuna para el país desde José Woldenberg a Lorenzo Córdova.

Si el Inai con sus correspondientes institutos estatales lograran crear conciencia, tendrían mayor respaldo y en este momento no bastaría la embestida presidencial para aniquilar a un organismo federal clave.

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