Por Sir Arthur

El presidente Donald J. Trump ha asumido un nuevo mandato al frente de los Estados Unidos, y lo ha hecho con una determinación y un discurso radicalizado, en contraste con su primera llegada a la Casa Blanca.
Ahora, rodeado por asesores mucho menos mesurados políticamente y una élite empresarial de gran calibre detrás de él (entre los que se encuentra Elon Musk, el hombre más rico del mundo y hoy al frente del Departamento de Eficiencia Gubernamental), Trump se percibe implacable y con posturas que pueden rozar la irracionalidad.
A diferencia del año 2017, ahora el panorama tanto dentro como fuera de las fronteras estadounidenses, luce mucho más convulso. Si bien, para Trump es imperante dar un golpe sobre la mesa a nivel geopolítico, el control de sus fronteras (tras una desastrosa política migratoria del gobierno de Biden), el combate al tráfico de estupefacientes y el rescate de la industria norteamericana son a día de hoy las principales prioridades que el nuevo presidente estadounidense tiene por delante.
Uno de los principales temas que más ha causado revuelo respecto a la política anti drogas de Donald Trump, es la próxima clasificación de los carteles de la droga como grupos terroristas, lo cual facultaría al gobierno estadounidense a actuar de manera frontal mediante la fuerza militar en contra de dichos grupos criminales.
Si bien, la postura de Trump ha generado repudio en México, el problema de fondo es consecuencia de la falta de acción contra el crimen organizado durante el sexenio de López Obrador, por lo que la presidenta Claudia Sheinbaum ya ha replanteado la guerra contra el narcotráfico y ha solicitado al Senado autorización para que militares estadounidenses capaciten a las fuerzas mexicanas.
Así mismo, Trump ha amenazado con aranceles para Brasil y Argentina en caso de que no cedan a sus caprichos comerciales. La actitud belicosa y confrontativa por Trump no será sostenible en un futuro cercano, pues bien sabe que no puede prescindir de sus aliados políticos y económicos, sin embargo, de momento debe propiciar las condiciones que favorezcan a Estados Unidos tanto a nivel interno como externo.

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