Este fin de semana una persona atentó contra el aspirante republicano a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump. Dicho acontecimiento enrarece el clima político en el país de las barras y las estrellas, que elegirá a su próximo presidente en noviembre de este año.
Resulta sumamente curioso que esto ocurra días previos a celebrarse la convención de Pensilvania que se lleva a cabo este 15 de julio, encuentro determinante para que los republicanos apoyen la candidatura de Trump.
Incluso en las imágenes del evento partidista el neoyorkino portó un parche en la oreja como resultado de aquel disparo fallido de un joven de 20 años, que quiso quitarle la vida. Ahí ante una multitud, Trump se vio imparable ante el compromiso electoral que se avecina.
Hay dentro del mundo de la política algunas “estrategias” que ayudan a lograr ciertos fines. Por ejemplo, como olvidar lo ocurrido en el 2018, cuando Jair Bolsonaro (candidato presidencial en Brasil), sufrió un atentado mientras saludaba a sus seguidores en un mitin en el municipio Juiz de Fora (Minas Gerais, sudeste de Brasil).
En esa ocasión el derechista fue apuñalado por un desconocido, que salió de la multitud causando daños menores al candidato y cambiando radicalmente las preferencias electorales a su favor. Meses después, el atacado se convirtió en presidente.
Hay algo que sobresale de aquel trágico momento en Brasil y que tiene similitud con lo ocurrido en la unión americana. Los eventos quedaron grabados en varios dispositivos electrónicos lo que viralizó las redes en cuestión de minutos.
Lo complicado de la reciente ahora es que la campaña de Trump ya tiene una persona fallecida y dos gravemente heridas por los hechos mencionados. Pero por fortuna para sus seguidores, Trump sale ileso.
La imagen minutos después de lo ocurrido con sangre en los hombros y el puño levantado del candidato republicano pidiendo a sus seguidores que no se rindan, ya está generando un efecto en el electorado de ese país.
No se vale sacar deducciones tan rápidas pero este libreto de película conduce a una serie de especulaciones, que sería difícil creer en la narrativa de un hecho planeado por una sola persona motivada por su fanatismo político.
Otro elemento que siembra dudas, es que el atacante es abatido por el servicio secreto sin tener la posibilidad de realizar una investigación con el presunto culpable. Todos estos nubarrones no dejan ver con claridad.
Todos sabemos la extrema seguridad que tienen los candidatos a la presidencia de Estados Unidos. Sabemos también los alcances de Trump. Es claro que haría cualquier cosa por cobrar venganza de su declarado enemigo Joe Baiden. De tal suerte que la versión de un autoatentado debería de ser descartada.
Al final del día si algo ha propiciado el republicano es una imagen de la política que raya en lo surrealista antes que en lo real.