Llegando al final del primer confinamiento en Francia, exactamente el 11 de mayo del 2020, la gente comenzó a retomar poco a poco su vida, aún con las limitaciones y medidas de seguridad.
Los desplazamientos largos, como hasta ahora, seguían siendo por motivos únicamente laborales, escolares o por alguna urgencia familiar. Algunos afortunados pudimos regresar a trabajar. Realmente de lo único de lo que podíamos disfrutar, eran nuestros alrededores y hacer deporte.
Es por eso, que mis amigos con los que vivía, empezamos a realizar actividades cerca de nuestra casa. Y tras caminatas y paseos en bicicleta, descubrimos el Lago d’Enghien. Este lago de 43 hectáreas se encuentra a las afueras de Paris, a unos cuantos kilómetros al norte en Enghien-les-Bains, del municipio de Val-d’Oise.
Es un complejo espléndido que te enamora desde la primera vez. Su explanada al aire libre de estilo modernista, cuenta con un espacio para poder pasear, además de estar rodeado de botes que utilizan para actividades náuticas.
Todas las mañanas encontraba gente haciendo deporte y por las tardes, algunos aprovechaban para salir con los hijos o las mascotas y disfrutar de los bellos atardeceres. En nuestro caso, salíamos a pasear a Pepito (nuestro Border Collie) y a comer un delicioso helado.
Situado a un costado, un parque rodeado de rosales y jardines, ideal para efectuar picnics y es dónde solían hacer eventos (me tocó presenciar una linda ceremonia marital). Es uno de los lugares preferidos no solo por los locales, sino también por los senderistas y deportistas que desean disfrutar de la naturaleza no lejos de la ciudad.
Otro gran atractivo en la misma zona residencial es el Casino Barrière, que data desde el siglo XIX. Desafortunadamente por todo lo de la pandemia, el lugar se encuentra cerrado, pero su grande historia e increíble arquitectura tipo velero sigue atrayendo a muchos visitantes con la esperanza de volver a disfrutar del recinto.
Sin duda alguna y tras haber vivido varios meses cerca del lugar, el Lago d’Enghien se volvió uno de mis lugares favoritos, no sólo por la belleza del lago mismo, la calma del agua y los atardeceres, sino también por la seguridad de la zona residencial dónde se encuentra, el fácil acceso y por la tranquilidad que emana a pesar de la tempestad que tenemos en estos días