En las últimas semanas, los titulares de las zonas metropolitanas de Tulancingo y Pachuca han sido acaparados por graves hechos de violencia como ejecuciones, levantones, amenazas, secuestros y disputas del crimen organizado.
Ciertamente, los orígenes de la violencia son multicausales, pero desafortunadamente la falta de atención a las adicciones por el consumo de drogas y alcohol, se ha convertido en uno de los principales detonadores de la delicada situación en la que se encuentra el estado.
Según datos del Consejo Nacional contra las Adicciones (CONADIC), el alcohol afecta de forma severa a miles de hidalguenses y es responsable del 50% de los accidentes de tránsito. Uno de cada tres hogares, vive violencia intrafamiliar a causa del alcoholismo, 60% del total de mujeres reportan haberla sufrido por esta causa, mientras que cada 10 minutos muere una persona por el consumo del tabaco.
Respecto al consumo de drogas, vale la pena recordar que es el gancho a través del cual, el crimen organizado somete a los jóvenes para reclutarlos e involucrarlos en actividades delictivas. El 50% de los jóvenes que cometen algún delito, están bajo el influjo de alguna sustancia prohibida. En Tulancingo incluso, se han duplicado las detenciones por portar drogas como el cristal, que se destina principalmente a menores de edad.
Aunque las adicciones vulneran la salud de las personas, lesionan el bienestar de las comunidades y reproducen la pobreza, la estrategia de los gobiernos está enfocada al uso de la fuerza para combatir a los grupos criminales que producen y distribuyen drogas, roban, extorsionan, secuestran y asesinan, pero en los hechos no considera prioritarias las acciones de prevención y atención integral de las adicciones.
Por ejemplo, el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2022, asigna 80 veces más recursos para combatir al narcotráfico y al crimen organizado que a la prevención y atención de las adicciones.
Es urgente replantear esta estrategia porque lejos de lograr disminuir en 10% las adicciones en los jóvenes de 12 a 17 años como se tenía programado, el consumo de drogas inicia a los 10 años y las consecuencias están a la vista

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