Por Sir Arthur
El pasado lunes 18 de noviembre, dio inicio la cumbre del G-20 en la ciudad de Río de Janeiro, Brasil; en la cual, los mandatarios de las 20 principales economías del mundo, con representantes de países de la Unión Africana como invitados, se dieron cita para tratar temas concernientes a la inclusión social, la democracia a nivel global y el refrendo de compromisos en materia ecológica y de translación energética.
En la cumbre del G-20, la presidenta Claudia Sheinbaum logró tener un papel destacado en su primer gran ocasión diplomática internacional, como titular del Poder Ejecutivo; mandatarios como Justin Trudeau de Canadá; Lula Da Silva de Brasil; Emmanuel Macron de Francia y Xi Jinping de China, sostuvieron cordiales diálogos con la presidenta mexicana y algunos de ellos manifestaron su intención de reunirse posteriormente con Sheinbaum, para profundizar las relaciones de sus países con México.
Durante su posicionamiento, la presidenta habló del programa “sembrando vida”, que ha implementado el oficialismo desde el sexenio pasado, e instó a los representantes de las naciones asistentes, a destinar parte del presupuesto militar de sus países en pro del medio ambiente.
Si bien, su discurso aún tiene marcados tintes populistas, Sheinbaum se perfila como una líder global más cercana a la tecnocracia izquierdista, que al perfil latinoamericanista de López Obrador, quien jamás pudo dimensionar la importancia de una buena política exterior y que marginó a México de participar en las grandes cumbres internacionales.
Si bien, Claudia Sheinbaum no cuenta con el aura mesiánica que le valió a López Obrador la aprobación y el cariño de la gran mayoría de los mexicanos, su preparación académica, oratoria y carácter científico, la llevarán a ser una referente de peso en la política internacional.
El liderazgo global que perdió México dada la renuencia de AMLO por priorizar las relaciones exteriores, parece que Sheinbaum está dispuesta a recuperarlo, dado que el contexto mundial actual y la condición de México como la segunda mayor potencia regional, así lo amerita.