Desde su aparición en librerías, hace pocos días, el libro de Elena Chávez se ha convertido en un fenómeno editorial. Su éxito radica en que la ex esposa de uno de los hombres más cercanos al presidente de México, confiesa algunas anécdotas del primer círculo político de López Obrador.
Con el título escandaloso de “El rey del cash”, este texto tiene la intención de poner sobre la lupa el modus operandi del político que buscó tres veces la presidencia del país. Valiéndose, a juzgar de la autora, de todos los medios para lograr su cometido.
Lo cierto es que esta lectura sencilla y ágil, no logra su cometido fundamental: poner en duda la honestidad del tabasqueño que ahora despacha en Palacio Nacional; y no lo hace por una sencilla razón, está escrito desde el corazón roto de una ex pareja del que fuera jefe de prensa de AMLO.
Es decir, la lectura se pierde entre algunos relatos personales sobre el estado de ánimo, hábitos de limpieza personal, nivel de percepción económica y otros menesteres de César Yáñez, quien hace años fue pareja sentimental de la autora.
Por tanto, se pierde con frecuencia la seriedad y la brújula. Porque se puede identificar en las letras la impotencia de una mujer despechada, que tiene la firme encomienda de hablar mal de todos los que rodearon a su ex esposo.
Entre ellos menciona a Alejandro Esquer Verdugo, secretario particular del presidente; Gabriel García Hernández, actual senador de la República; Ariadna Montiel, titular de la Secretaría del Bienestar y Octavio Romero Oropeza, titular de PEMEX.
Y aunque el relato menciona a muchos más políticos como Claudia Sheinbaum, Beatriz Gutiérrez Müller, Marcelo Ebrard, Ricardo Monreal, Cuauhtémoc Cárdenas, por citar los principales; el personaje central es López Obrador y un supuesto entramado de intereses económicos y políticos.
No obstante, no existen elementos probatorios, ni periodismo de investigación en el texto citado. Hay, en cambio, una larga lista de vivencias que podrían ser verdad o mentira. Lo anterior, depende del lector.
Si al lector le interesa saber qué y cómo cena el presidente, que tan frecuentes son las discusiones con su pareja, el supuesto mal humor de ésta última, cómo se conocieron, qué hace el mandatario con los miles de artículos que le regalan en las giras y ese tipo de cosas triviales, tendrá en el libro una buena herramienta de entretenimiento.
En cambio, si el lector está ávido de elementos que rebasen el terreno de la especulación, hará bien en desechar el libro que no aporta más pruebas que un “no lo vi pero supongo”, “en aquella maleta bien podría llevar dinero”, “tuve la oportunidad de escuchar”, “abrí la puerta y los vi muy juntos” y otros elementos retóricos que nos conducen a nada.
Quizá lo más alarmante del texto que lleva como subtítulo “el saqueo oculto del presidente y su equipo cercano”, sea el prólogo de la muy admirada Anabel Hernández, quien mantiene heridas profundas con el protagonista de la historia. Y además parece que comparte la animadversión por AMLO al igual que la autora.
Es muy lamentable que una periodista como Hernández con investigaciones que son referente de la historia política actual, resbale con un escrito lleno de rencores alimentados por una relación sentimental mal lograda.
A lo anterior, habría que sumar el aparato de difusión entorno a este material escrito. No parece sencillo entender las razones por las cuales ha tenido tanta cobertura. No cabe más que aventurar otra especulación más: este libro está diseñado con criterios políticos para hacer daño a uno de los políticos más polémicos del país.