El derecho a la vida es uno de los derechos que más a mutado en nuestros tiempos, en un principio la concepción de la vida era una idea propia del Estado, mediante la cual la vida de las personas le pertenecía al Estado en general, no al gobierno sino al Estado siendo entes diversos.
En tal sentido, la idea de un contrato por medio del cual cedíamos parte de nuestra libertad bajo protecciones creadas por el Estado daba como consecuencia, pensar que la vida era de cierto modo del Estado.
Sin embargo, hoy ha cambiado la idea principal del derecho a la vida reconociendo con plenitud el derecho a las personas, motivo por el cual es que se ha avanzando en temas como la eutanasia o incluso sobre la muerte asistida o el suicidio.
No obstante, el suicidio es un hecho completamente diverso puesto que, en el solamente se encuentra inmiscuido el derecho de la persona agraviada por el mismo, es decir quien toma la decisión de quitarse la vida es el dueño de la misma.
Pero lo anterior no relega al Estado de su obligación para prevenir y con ello evitar los actos tendientes al suicidio.
Por tanto, es que el Estado se encuentra obligado de proteger, garantizar y reconocer el derecho a la vida, mediante acciones y programas tendientes a garantizar la salud, felicidad y bienestar de las personas con la firme intención que no tengan que tomar la difícil decisión del suicidio.
En tal sentido, es que, si es un fracaso como Estado cada suicidio existente en nuestro país, mismo que bien pudo haber sido evitado mediante la prevención y una sociedad sana, y la consecuencia de la falta de ellos deviene en sucesos trágicos.
Por lo anterior, estoy seguro que el Estado Mexicano debe de reforzar no solamente los programas de salud mental y emocional en las escuelas sino ampliar la protección y la difusión en tiempos tan difíciles como son los actuales y como sociedad nuestra empatía y apoyo incondicional serán pilares para que nuestra sociedad sane.
Lic. Juan Fernando González Espinosa
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