Uno de los casos que marcaron el sexenio del presidente anterior y que han marcado el mandato del actual presidente puede ser considerado aquel de los 43 estudiantes desaparecidos en Ayotzinapa. Primero con la fallida verdad histórica y ahora con la falta de resultados.
Sin embargo, hoy me referiré a un punto que a mi parecer es impensable, inimaginable y que hasta este momento no he podido considerar como no se ha convertido no solo en noticia nacional sino internacional, es un hecho de dominio público que hace unos días se dieron a conocer unos videos donde supuestamente personal de la marina habían manipulado la presunta escena del crimen y que se decía había plantado supuesta evidencia previo a la llegada de la aquella entonces Procuraduría General de la República.
Lo anterior, no solamente debe de causarnos terror sino sorprendernos el hecho de que se ha mostrado un indicio de bastante fuerza que señala al Estado como el creado de delitos y de culpables, con este video de terror no solamente se pierde la credibilidad hacia un Estado debilitado sino a un sistema jurídica y a un proceso que confía en una investigación en la que se está demostrando no debe de confiar.
Hoy como habitantes de nuestro país que seguridad podemos decir contar si se ha acusado al propio Estado de crear pruebas en contra de diversos quienes estuvieron presos, de fabricar delitos y de negar la verdad a las víctimas.
La duda no solamente emerge de este proceso sino de todos los procesos penales donde el Estado ahora ya no es garante de la confianza de una ciudadanía que día con día vislumbra mayor ineficiencia y ve temerosa su situación frente al propio Estado.
En consecuencia, no le queda al Estado más que esclarecer el presente caso y trabajar en ganar la confianza de los habitantes de nuestro país a través de una continua labor de garantizar derechos y de un cambio trascendental en la política de seguridad e impartición de justicia.
Lic. Juan Fernando González Espinosa
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