Se conmemora un año más de que las mujeres ejerzan su derecho a votar y me parece que es un momento puntual para hacer diversas consideraciones. En primer punto me parece que es fundamental darnos cuenta que si bien se ha alcanzado un derecho más la igualdad y equidad hasta distante en nuestro mundo.
Lo anterior nos ha permitido replantearnos no solamente el status de cada persona en nuestro sistema social sino político y darnos cuenta que las diferencias continúan que mientras los estereotipos permeen en nuestra sociedad nunca lograremos la igualdad.
Sin embargo, debemos de tomar decisiones y acciones positivas para lograr que dichos estereotipos disminuyan día a día, si bien dichas acciones en gran medida pudieran beneficiar a un grupo por encima de otro es necesario de manera temporal su uso con la finalidad de crear una igualdad ante situaciones que históricamente han sido desequilibradas.
En consecuencia, dichas acciones son necesarias no solo para restablecer un equilibrio sino para hacer patente la desigualdad en que la que se encuentran ciertos grupos en nuestra sociedad.
En ese mismo sentido, hoy las desigualdades sociales se han hecho patentes y nos han permitido identificar los problemas sociales y con ello buscar soluciones.
No obstante, uno de los grandes problemas de dichas soluciones es que en gran medida no satisfacen a la mayoría puesto que, son en beneficio de minorías comúnmente ignoradas, pero ello es lo que hace necesario el reforzamiento de dichas acciones puesto que, debemos de recordar que no es si no a través de la lucha contra las mayorías que se logran los derechos de las minorías.
En mi consideración esa es una de las mayores lecciones que podemos tener de una conmemoración tan importante como la que estudiamos en esta columna y solo a través del apoyo de las mayorías se facilitara las luchas de las minorías y con ello la justicia social.
Lic. Juan Fernando González Espinosa
juanfer_lm@jfg