Un hecho que ha causado conmoción nacional, fue la muerte del menor de edad llamado Emiliano, quien al parecer se resistió a un secuestro y como consecuencia, le dispararon los delincuentes y trágicamente perdió la vida.
No obstante, fueron encontradas unas personas con un letrero que señalaba que con los niños no se debían de meter.
En primer punto, parece más que trágico lo sucedido en Tabasco, e igualmente preocupante. No es posible que en nuestro país, todos los días, fallezcan personas y no exista una respuesta contundente por parte de nuestras autoridades.
Hasta el día de hoy, no existe una versión de lo sucedido, por parte de las autoridades ni una línea de investigación definida ni un pronunciamiento, que implique un reconocimiento de responsabilidades de las autoridades.
Lo anterior en virtud de que quien tiene la obligación de garantizar la seguridad en primer y última instancia, es el Estado y ese Estado, hoy no se ha hecho responsable.
En ese mismo sentido, el hecho de que hoy se presuma que un grupo de delincuentes “hizo justicia”, es aún más preocupante, puesto que es el Estado el único que tiene la obligación de garantizar la seguridad, ya que la familia y la propia memoria de Emiliano, tiene el derecho a saber la verdad, mediante un proceso judicial.
No obstante, hasta el momento solo hay especulaciones y más preocupante la idea de un grupo de personas, que pueden realizar acciones del Estado cuando este se encuentra ausente.
Lo anterior debe de preocupar y ocupar más a un Estado, que debe demostrar que es el representante de una sociedad y de un Estado Democrático de Derecho, que como tal garantizara la seguridad a sus habitantes.
Por tanto, solo le queda al Estado trabajar por una paz en nuestro país y garantizar la veracidad en este proceso y la justicia para una familia que hoy el Estado le ha dejado a deber.
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