Alrededor de 200 personas en la región Tulancingo, que se dedican a la producción de gallos de pelea, se han visto afectados por la suspensión de palenques debido a la pandemia de Covid-19, informó Andrés Islas, delegado estatal de la Asociación Nacional de Aves de Combate.
El entrevistado dijo que muchas familias dependen económicamente de esta actividad. “A nivel nacional, más de tres millones de personas, por ejemplo: los especialistas en la crianza, incubación y en el manejo”.
“Hay que considerar también la parte que produce los alimentos, jaulas y diferentes implementos, así como quienes laboran en palenques, como los corredores, meseras, boleteros, barrenderos, choferes, contadores, etcétera. Somos una industria multifuncional”, manifestó Islas tras manifestar que alrededor de los palenques, se genera mucho comercio.
En cuanto a la producción de esta especie, los números son similares que el año pasado. “Los datos que tenemos son globales, durante la temporada de reproducción que terminó en junio, nacieron 50 millones de aves, de los cuales un dos por ciento aproximadamente se produjo en Tulancingo”.
Andrés Islas, agregó que la asociación de la que forma parte está en contra de las peleas clandestinas. “Luchamos para que los organizadores tramiten sus permisos ante las instancias correspondientes”.
En 2018 el diputado local, Rafael Garnica, promovió una iniciativa para que las peleas de gallos fueran patrimonio cultural inmaterial. Posteriormente, este nombramiento fue otorgado para Agua Blanca.
En contraparte la diputada federal María del Carmen Bautista Peláez, ha emitido una iniciativa para prohibir las peleas de gallos, bajo el argumento de que este acto es considerado como un deporte tradicional o afición por algunas personas, mientras que para otras representa un acto de crueldad hacia los animales. Por lo cual, existen diversos motivos para su prohibición, debido a que durante las peleas, estos animales llegan a sufrir graves lesiones que pueden provocarles la muerte