Cada 25 de mes de noviembre, se conmemora el día para erradicar la violencia contra las mujeres, por lo que no es ni un día de festejo sino de reflexión, visualización y acción.
En primer punto, es un día de reflexionar sobre la situación de las mujeres en nuestro país, visualizar la violencia contra ellas, como una violencia sistemática, cultural y social que se normaliza en nuestro país.
En tal sentido, comprender que la violencia proviene de una conducta reiterada de la sociedad que ha considerado normales actos machistas y que los ha aplaudido es el primer paso para que como personas trabajemos día a día en un país pacifico.
No podemos ignorar que la cultura a nivel global ha sido preponderantemente machista y misógina, estableciendo roles que durante años se extendieron por nuestro país y prosperaron como un concepto correcto, a través del cine, la televisión, la cultura e incluso el arte.
Hoy no debemos de olvidar ese pasado sino responsabilizarnos de el y con ello iniciar un camino hacia un futuro responsable donde las acciones como sociedad se funden en una perspectiva de género donde la igualdad impere en las relaciones entre las personas.
No obstante, debemos de reconocer que hoy distamos mucho de esa igualdad y nuestro trabajo como generación es acortar la brecha de desigualdad entre hombres y mujeres de manera que si bien han sido necesarias acciones de discriminación positiva no han sido suficientes para eliminar la barrera que por años se han generado.
En tal sentido, solo nos queda redoblar esfuerzos y trabajar desde nuestro ámbito de competencia en una sociedad más justa, donde comprendamos que cualquier tipo de violencia reflejada hacia la sociedad será una violencia reflejada hacia cualquier miembro de la misma que por supuesto no puede ni debe ser permitida.
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